Con el paso del tiempo, es muy frecuente que tu ducha comience a presentar problemas relacionadas a la presión del agua, la que en muchas ocasiones es causada por la suciedad.
Y no, no tiene que ver con que hagas aseo más frecuentemente, sino que el cabezal de esta se termina obstruyendo de forma interna por los desechos de cal, minerales y depósitos de calcio que vienen de las cañerías, lo que puede terminar tapando la salida del agua casi por completo en algunos casos.
Pero no te preocupes, porque hay un método muy sencillo que te permitirá limpiar tu ducha a profundidad y evitar estos incidentes.
¿Cómo limpiar correctamente el cabezal de la ducha?
Lo ideal es limpiar frecuentemente el cabezal de la regadera con un poco de jabón y un paño húmedo, o un cepillo de dientes viejo, para barrer las boquillas y evitar este problema.
Pero, de todas formas, ocasionalmente es bueno darle una limpieza más profunda, y para ello vamos a utilizar una bolsa de plástico hermética, vinagre blanco y bicarbonato.
Llenamos nuestra bolsa hasta la mitad de vinagre y la atamos con cuidado al cabezal de la ducha enrollando algunos elásticos para que queda bien firme y asegurando que la cabeza de la ducha y sus boquillas estén totalmente cubiertas con el líquido.
Una vez listo eso, la dejamos reposar por al menos 12 horas antes de tirar el liquido por el desagüe, y con un cepillo de dientes y bicarbonato vamos a fregar con fuerza nuestra ducha para eliminar cualquier suciedad restante. Hecho esto, vamos a dar el agua caliente para comprobar que haya mejorado la presión del agua o si es necesario repetir el tratamiento.