Un tránsito astrológico es la unión entre planetas o también con signos zodiacales, y que puede ayudarnos a comprender mejor cómo estará la energía en ciertos tiempos. Hoy hablaremos de uno específico, que nos afectará hasta fines de agosto: Marte entró en Virgo.
Pero antes de saber de qué se trata, primero debemos comprender que Marte es un planeta asociado a la acción, al impulso, la iniciativa y la agresividad. Virgo, por su parte, es un signo que habla de la organización, el detalle, el análisis y el perfeccionismo. ¿Qué energía crearán?
¿Es un buen momento para hacer cosas e ir por nuestras metas cuando Marte está en Virgo?
Con este tránsito astrológico las acciones y la iniciativa no tienen mucha relación el impulso clásico de Marte, sino que hablan de un trabajo constante y preocupado, que busca llegar al objetivo de manera lenta, pero completamente segura.
Este planeta en Virgo nos influye en el compromiso, en hacer las cosas que se tienen que hacer cuando se deben, y también en tener el servicio para accionar por todos, y no solo por la individualidad. Por eso, sí, este momento es ideal para hacer un trabajo preciso e ir por nuestras metas, sobre todo a largo plazo.
En este mes y medio es probable que haya mucha eficiencia en nuestras acciones, que actuemos desde lo práctico y no tanto lo emocional y, sobre todo, que nos organicemos de minuciosamente para tener calidad en todo lo que hacemos.
Por lo anterior, entonces, es un tránsito perfecto para entender que cada grano de arena cuenta cuando queremos crear una montaña, y que planificando y ordenando nuestras acciones es probable que avancemos más.
Con lo que sí tenemos que tener cuidado este tiempo es con la obsesión que nos pueden generar ciertas metas, y con la necesidad enfermiza de perfeccionismo, que realmente podría alejarnos de la ayuda de los demás al creer que solo nosotros sabemos hacer todo bien.
Entonces, es un tiempo ideal para trabajar por lo que queremos e ir paso a paso avanzando hacia la meta, pero debemos tomar las cosas con calma, sin volverse monotemáticos y muy críticos de lo que hacen los otros, porque al final un trabajo en conjunto llega mucho más lejos que en solitario.