"Para nuestro Estado, nada. Para los demás estados, todo". Así resume Daniel Matamala la forma en que estas últimas tres décadas Chile ha vendido la totalidad o gran parte se sus empresas catalogadas como estratégicas en áreas como infraestructura, electricidad, agua y comunicaciones.
En su columna "Patriotas" de este domingo en La Tercera, el periodista apuntó nuevamente su crítica a la clase política, en particular los gobiernos que desde el retorno a la democracia han vendido la propiedad de éstas a países que son socios comerciales y que tienen influencia mundial como Estados Unidos y China, valiéndose de la ley.
La Constitución de 1980 prohíbe al Estado chileno y sus organismos "desarrollar actividades empresariales o participar en ellas", salvo que una ley de quórum calificado lo autorice. Una norma que, según el abogado Javier Couso, "es tan hostil, que no tiene similitudes en el mundo en el derecho constitucional comparado".
“Nótese la paradoja: la República Popular China o la República Italiana pueden comprar y controlar libremente empresas en Chile, incluso en un área estratégica como la eléctrica, pero nuestra República de Chile lo tiene prohibido”, señala el también conductor de televisión en referencia, por ejemplo, a la venta de la eléctrica más grande del territorio, CGE a la firma del gigante asiático State Grid Corporation en US$ 3 mil millones.
Matamala basó su juicio en el significado que la Real Academia de la Lengua Española (RAE), da al concepto de patriota, que es aquel que tiene amor a su patria y procura todo su bien y en ese sentido.
"Nuestros primeros patriotas hicieron la revolución de la independencia, y nos legaron un Chile soberano. Pero dos siglos después, algunos autodenominados 'patriotas' tienen otras preocupaciones: evitar un proceso constituyente en el último plebiscito (les fue mal) y hacer porras por la reelección del presidente de una potencia extranjera (ídem). Mientras, no se enteran de noticias que a los verdaderos patriotas, esos de antes, les hubieran preocupado", cuestionó.
Dicho esto, el columnista entrelazó la enajenación, tanto de los citados servicios básicos, como de recursos como el litio, con los intereses políticos, ya que muchas de esas empresas financiaron campañas políticas como es el caso de Enel y SQM.
Daniel Matamala recordó que en abril, el gobierno alemán anunció que cualquier compra foránea de más del 10% de una empresa podrá ser bloqueada por el ministerio de Economía si percibe riesgos estratégicos, en áreas como infraestructura, defensa, electricidad, agua y comunicaciones. Medidas similares están tomando o estudiando entre otros Australia, Canadá, China, Japón, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea”.
“Estos son álgidos debates en todas las democracias capitalistas: ¿en qué sectores debe emprender el Estado? ¿En qué áreas hay que mirar con cuidado la inversión foránea? En Chile, en cambio, son simples dogmas de fe establecidos por los apóstoles de Chicago. Para nuestro Estado, nada. Para los demás estados, todo”.
Finalizó recalcando que éstos “son temas que los patriotas de cualquier país discuten con interés. Pero los nuestros no. Están demasiado ocupados encargando banderitas gringas por AliExpress, y comprando jockeys con la leyenda ‘Make America Great Again’ en el Mall Chino”.
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