En un fallo histórico, la Corte Suprema de Chile confirma la condena de 10 años de prisión para 2 agentes de la desaparecida Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), por su participación en el secuestro calificado de Luis González Manríquez, ocurrido en 1974.
Un día decisivo
Los ministros Haroldo Brito, Manuel Antonio Valderrama, Jorge Dahm, Leopoldo Llanos y María Teresa Letelier, integrantes de la Segunda Sala del máximo tribunal, se encontraton la tarde de este jueves 31 de agosto para dictar un fallo unánime que sumó un nuevo hito en la historia de la justicia chilena.
Tras un exhaustivo análisis, confirmaron la sentencia que condenaba a Pedro Octavio Espinoza Bravo y César Manríquez Bravo a 10 años de presidio, en calidad de autores de un delito que todavía resulta doloroso para los familiares: el secuestro calificado de Luis González Manríquez.
El pasado oscuro
En octubre de 1974, Luis Francisco González Manríquez, militante del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), fue detenido ilegalmente en su hogar de La Granja por agentes de la DINA, incluido el teniente de Ejército Fernando Eduardo Lauriani Maturana, miembro de la agrupación ‘Vampiro’.
Luego de su detención, González Manríquez fue trasladado a varios centros de detención, pero se le perdió el rastro. Según el sitio especializado en el tema, Memoria Viva, lo último que se supo de él es que fue llevado al campo de prisioneros “Cuatro Álamos”, ubicado en calle Canadá N° 3.000 de la comuna de San Joaquín, a cargo del Oficial de Gendarmería Orlando Manzo Durán, lugar en el que se le mantuvo “encerrado sin derecho”, desconociéndose desde entonces su paradero.
La estructura del poder
La agrupación ‘Vampiro’ operaba bajo la Brigada Operativa Caupolicán de la DINA, dirigida por el mayor de Ejército Marcelo Moren Brito y secundada por el capitán de Ejército Miguel Krassnoff Martchenko.
A su vez, estas brigadas y cuarteles estaban subordinados a la Brigada de Inteligencia Metropolitana (BIM), comandada por César Manríquez Bravo.
El fin de un capítulo
Las defensas de Miguel Krassnoff Martchenko y Fernando Lauriani Maturana (reconocido por desaparecer presos políticos en Colonia Dignidad), también condenados a 10 años de prisión, decidieron no recurrir de casación, dejando sus condenas firmes. Además, tras confirmarse el fallecimiento de otro condenado, Ciro Ernesto Torré Sáez, la Corte Suprema ordenó al tribunal de primer grado dictar la resolución correspondiente.
En este día decisivo, la Corte Suprema de Chile cerró otro capítulo oscuro de su historia, confirmando la condena de aquellos responsables de un acto atroz cometido durante una época turbulenta.