A contar de este viernes, el exsenador UDI Jaime Orpis, comenzó a cumplir la pena de presidio efectivo que determinó la justicia por la comisión de delitos en el marco del Caso Corpesca.
El desaforado legislador, deberá pasar en la cárcel 5 años y un día por fraude al Fisco y 600 días por cohecho, luego que la justicia estableciera su responsabilidad en ambos ilícitos mientras ejerció su cargo en el Senado (2002-2018).
Tras presentarse esta jornada en el Centro de Justicia de Santiago, el también exdiputado (1990-2002) llegó junto a su esposa y a su abogado Alejandro Espinoza, para realizar los trámites de rigor y posteriormente ser conducido al recinto penitenciario que haya estimado el tribunal.
El fallo del Tercer Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, fue confirmado el jueves por la Undécima Sala de la Corte de Apelaciones Santiago, que rechazó una acción judicial presentada por el exsenador que pedía cumplir la pena por cohecho en libertad vigilada.
“Como puede fácilmente advertirse, las penas impuestas al sentenciado, sumadas, exceden de tres años de privación de libertad, sin perjuicio que una sola de ellas también lo haga, y ello impide estimar cumplida la exigencia de la letra a) recién transcrita”, señala el fallo.
Agrega que, “en razón de lo anterior y, según ya se concluyó por los fundamentos antes expuestos, habrá de mantenerse la decisión de primer grado que no concedió penas sustitutivas al condenado Jaime Antonio Orpis Bouchon por los delitos de cohecho, por no cumplirse los requisitos de la Ley N° 18.218 atendida la extensión de las penas privativas de libertad impuestas”.
Corpesca: Un juicio de siete años
Orpis es el único legislador que pagará con cárcel los delitos señalados, tras siete años de juicio, tras las investigaciones de los casos de financiamiento irregular de campañas electorales como Penta, SQM y Corpesca. Por éste último, fue condenado.
Antes de llegar al Senado, el abogado, casado y padre de cuatro hijos, también ejerció como alcalde y diputado de la UDI, y en una entrevista con La Tercera el 14 de noviembre pasado, manifestó que "este es el final de una etapa y el comienzo de otra, la reconstrucción. Es un caso tan fuerte, que amerita una reflexión muy profunda de reconstruirte como ser humano", dijo entonces.
En este tránsito de mea culpa, acotó, "uno entra a las profundidades más intensas. Es cuestionarte tu vida. Y a partir de ese cuestionamiento, decir 'he fallado en esto. Tengo que mejorar en esto, quiero hacer mi vida de esta manera'. Yo he sido, creo, el juez más severo conmigo mismo", sentenció.
Añadió también que "cuando son prácticas generalizadas, uno las asume como lícitas, no se las cuestiona. Entonces, esa es la severidad con que he abordado el tema. En términos de asumir que no toda costumbre, por generalizada que sea, es lícita. Entonces, cuando tú estás en algo que es generalizado, tú dices: si lo está haciendo el resto, al final, entre comillas, es lícita, y no lo es".