Uno de los decomisos más grande en los últimos 20 años, fue realizado frente a las costas de Pisagua, en la Región de Tarapacá, cuando en un control de rutina personal antidrogas de la Armada fiscalizó a una embarcación de bandera peruana, en el que se transportaba todo tipo de drogas, y cuyo destino final era la zona central del país.
Funcionarios de Antinarcóticos de la Policía Marítima de la Armada de Chile, abordo de las naves Iquique y Angamos, observaron la sospechosa ruta de la embarcación Antares, de bandera peruana, a 300 kilómetros de la costa, por lo que fueron a fiscalizar. Abordo se encontraban cinco personas, las que no opusieron resistencia para el control.
Tras una breve inspección se encontraron varios sacos y paquetes en los que se guardaba un total de 788 kilos de droga, entre cocaína, marihuana, pasta base y wax (aceite de marihuana y químicos usado en vaporizadores); todo avaluado en más de 11 mil millones de pesos.
En prisión preventiva
"Existe un trabajo constante por parte de la Policía Marítima junto a la Fiscalía Regional para ir desarrollando estrategias que aborden el tráfico de droga por vía marítima, que es una situación muy compleja. Poder realizar esta actividad, en el extenso territorio marítimo, requiere de mucha planificación y coordinación previa", expresó el fiscal regional Gonzalo Guerrero.
El comandante en jefe de la Cuarta Zona Naval, el comodoro René Rojas, comentó que "estamos contentos porque logramos dar un duro golpe al narcotráfico, ya que esa droga iba a ser vendida en la zona central por más de $11 mil millones de pesos. Sin embargo, también estamos preocupados y ocupados porque vemos cómo el tráfico de droga a través del mar ha ido aumentando en forma progresiva. Por ejemplo, en la zona norte del país, en los últimos 5 meses, hemos efectuado dos decomisos importantes".
Los cinco ciudadanos peruanos fueron trasladados hasta la ciudad de Iquique donde quedaron en prisión preventiva por el delito de tráfico de drogas, bajo el marco de la Ley 20.000. En tanto la droga incautada fue remitida al Servicio de Salud local para su posterior destrucción.