A los 90 años de edad, falleció este domingo el ex presidente de Argentina (1989-1999), Carlos Saúl Menem Akil.
El ex marido de la otrora Miss Universo chilena, Cecilia Bolocco, se encontraba internado y en coma inducido en el Sanatorio Los Arcos de Buenos Aires, donde permanecía internado por una infección urinaria.
Pero este cuadro fue precedido por otras internación de 15 días internado en el Instituto del Diagnóstico y Tratamiento, debido a una neumonía bilateral que lo afectó a mediados del año pasado.
Hijo del matrimonio sirio compuesto por Saúl Menem y Mohibe Akil, quienes se establecieron en el vecino país desde años 20, el otrora mandatario argentino nació el 2 de julio de 1930 en Anillaco, en el departamento riojano de Castro Barros.
Perfil Político
Sus estudios primarios y secundarios los hizo en la escuela pública de La Rioja, y desde muy joven demostró la particularidad de mezclarse con la gente, aprender a escucharla y atenderla con confianza, cualidad que le pavimentó el camino a la política.
De hecho, dentro de sus anécdotas contó que en 1951 viajó a Buenos Aires para participar en un campeonato de fútbol, oportunidad en que fue presentado a Juan Domingo Perón y su esposa “Evita”, rncuentro que marcó su trayectoria en la política en el justicialismo.
En 1955 se recibió de abogado en Córdoba, donde cursó su carrera, año que lo marcaría especialmente, porque se desarrolló la Revolución Libertadora y su creciente militancia en el Partido Justicialista lo llevo a defender a numerosos presos políticos y a estar tras las rejas en esa condición varios meses en 1957 durante la gestión del mandatario de facto Pedro Eugenio Aramburu.
En 1962, bajo la bandera de Unión Popular, fue electo diputado provincial pero no llegó a jurar porque devino el derrocamiento del presidente constitucional Arturo Frondizi. Al año siguiente, Menem fue electo presidente del Partido Justicialista de La Rioja.
Relación con Zulema Yoma, Perón y Evita
Menem viajó en 1964 viajo a Siria, la tierra de sus padres, donde conoció a Zulema Fátima Yoma, quien sería su esposa. Luego viajo a Madrid como apoderado del partido para conocer al ex presidente Juan Domingo Perón, época en que Menem comenzaba a lucir un peinado parecido al caudillo Facundo Quiroga, tal como lo conocería gran parte de la sociedad. .
Tras el fracaso de la llamada “Revolución Argentina”, el 11 de marzo de 1973, Carlos Menem llega a la gobernación de La Rioja con el 67% de los votos, primera elección en la que el peronismo se presentaba con su nombre desde 1955 en una provincia de las más postergadas del país.
Aspiraciones presidenciales
Desde ese cargo comenzó una dura tarea por hacerse conocido a nivel nacional y su natural simpatía lo llevo a llamar la atención.
Con notable esmero fue creando una imagen pública ya sea con la televisión y radio nacional, en las revistas políticas o del corazón, o en las reuniones públicas. Se podría decir que estaba en todas partes.
Al mismo tiempo fue sembrando con la vista puesta en su futuro político porque recorría el país de norte a sur. Lo mismo le daba presidir reuniones de veinte personas o actos con mil asistentes o más. En cada viaje fue trazando una madeja que más tarde lo impulsaría a la Presidencia de la Nación.
No es un secreto que tenía a su favor una memoria prodigiosa. Llegaba a un pueblo y conocía a sus principales dirigentes, los trataba por su nombre o seudónimos, conocía a sus esposas y preguntaba, por sus hijos con sus nombres. Para todos tenía algo particular, un mensaje, un chiste, una salutación.
En Rosario, Santa Fe, en 1974 se atrevió a dar un gran paso al presentar su candidatura presidencial para suceder a “Isabelita” Perón. Eran tiempos violentos, de internas salvajes, y un amigo lo salvó sacándolo de la ciudad en el baúl de un auto.
Preso político
El 24 de marzo de 1976 una comisión militar lo detuvo y, enviado a la Capital Federal, engrosó la lista de los presos en el buque “33 Orientales”. Más tarde vino su estadía en el prisión militar de Magdalena hasta 1978, época en la que falleció su madre, y ni siquiera pudo ir a despedirla. Luego vino el régimen de libertad vigilada en Mar del Plata, donde cada salida se convertía en una manifestación porque la gente lo reconocía. Después pasó por Tandil y de allí al infierno de Las Lomitas, Formosa, donde faltaba de todo pero sobraba el calor y la humedad.
De vuelta al escenario político con miras a la Casa Rosada
El Proceso de Reorganización Nacional que, a comienzos, parecía no tener fin, tras la guerra de las Malvinas se desplomó. El 30 de octubre de 1983, Menem volvió a la austera Casa de Gobierno de La Rioja con el apoyo del 54% del electorado. A los pocos días de su triunfo, en una prueba de civilidad, fue a una quinta de Boulogne, a visitar a Raúl Alfonsín, el presidente electo radical.
Es cierto, Alfonsín asumió la primera magistratura de un país devastado y humillado, pero no pudo o no supo ponerlo de pié. Mientras tanto el peronismo iba poniendo orden en su interna con el nacimiento de la Renovación, encabezada por Carlos Menem, Antonio Cafiero y Carlos Grosso. En septiembre de 1987, el justicialismo dio un gran golpe en las urnas y, principalmente, ganó la gobernación de la provincia de Buenos Aires.
Desde allí hasta 1989, Carlos Menem tuvo dos hechos que confirmarían sus desvelos. El sábado 7 de mayo de 1988 comenzó su campaña interna por la candidatura presidencial que disputó con Cafiero. Resultó una señal de lo que acontecería en 8 de julio de 1988, día en que se consagró candidato a Presidente de la Nación.
El 14 de mayo de 1989 Menem se impuso al radical Angeloz por el 49,3% del electorado. Ese mediodía, luego de votar, tomó una avioneta y se trasladó a almorzar a Anillaco, su pueblo, su gente. El 8 de julio asumió anticipadamente la Presidencia de la Nación con una economía en estado de descomposición y una inflación de alrededor del 5.000% anual.
Sin embargo, en octubre de 1993, el partido en el poder ganó las elecciones de medio término y al año siguiente, tras el respaldo electoral, logró negociar con la oposición una reforma constitucional, que garantizaba una reelección presidencial como punto llamativo.
En 1995, Menem fue consagrado candidato nuevamente y comenzó la campaña, con un mal presagio. En marzo, “Carlitos” el hijo mayor del matrimonio pereció en un accidente. Sin que hasta el presente, la investigación del hecho haya dado resultados definitivos.
Su segundo mandato fue rico en acontecimientos, no todos positivos. En 1996, la dupla Menem-Cavallo se rompió y la política económica entró en lo que dio en llamarse “piloto automático”.
En 1999 la sociedad buscó en las urnas un poco de seriedad y tranquilidad. Ya no alcanzaban los éxitos de la política exterior del canciller Guido Di Tella y el “efecto Tequila” no ayudo. En 1997 tuvo una señal, en las elecciones de medio término se impuso un frente electoral de centro-izquierda, especialmente en la provincia de Buenos Aires. Luego, en 1999, con “el dicen que soy aburrido”, Fernando de la Rúa, el candidato radical, ganó las elecciones con el 48,5% de apoyo.
El 10 de diciembre de 1999, Carlos Menem volvió al llano y comenzó un largo recorrido por distintas instancias judiciales en Comodoro Py. Un camino que parece trazado para todos los mandatarios apenas dejan el poder. Mientras el ex presidente se debatía en los tribunales, la situación económica y social de la Argentina entra en caída libre.
En 2003, Menem volvió a presentarse como candidato a Presidente de la Nación del “Frente de la Lealtad”, en el que ganó por el muy estrecho margen de 2% (25% a 23%). La nueva Constitución de 1994 obligó a un balotaje entre las dos primeras formulas al no haber alcanzado el 45% necesario. Entonces Menem deja de lado su consigna electoral “merecemos una segunda oportunidad”, e intuyendo que no ganaba el balotaje, renunció a la contienda y asumió el desconocido Néstor Kirchner, acompañado por Daniel Scioli.
Menem en el Senado
Desde aquel momento, Menem se sumergió en el silencio y volvió a aparecer a la luz pública en 2005 como senador nacional de la Rioja, por la minoría, con fueros y privilegios que conservaba hasta hoy.
El 19 de agosto de 2007 se presentó como candidato a Gobernador, habiendo logrado el tercer puesto con el 22% de los votos, detrás de Luis Beder Herrera y Ricardo Quintela. Su derrota lo hizo desistir de volver a presentar su candidatura a Presidente de la Nación en ese año.
Como legislador, en 2008, asistió al debate sobre el proyecto de retenciones móviles del kirchnerismo. En esas horas se encontraba internado por neumonía, pero se presentó al recinto a la hora de la votación. Gracias a su voto el resultado terminó en un empate de 36 votos para cada
En 2018, fue valorado por los sectores católicos por su voto contrario a la interrupción voluntaria del embarazo.
Para una gran parte de la sociedad, su período presidencial fue recordado por la tranquilidad social de los primeros años. Fueron los sueños de un país que no logra ser.