Fue en marzo de 1958 cuando un satélite esférico de aspecto extraño, y del tamaño de una toronja, se lanzó al espacio, el que hasta el día de hoy, luego de 67 años, se mantiene orbitando el planeta, pero que quiere ser traído de vuelta a la Tierra.
Se trata del Vanguard-1, el cual se utilizó para probar la capacidad de lanzamiento de un vehículo de lanzamiento de tres etapas, y para estudiar los efectos del duro entorno espacial sobre un satélite, pero que debido a la gran altura en la que quedó, este se mantuvo orbitando y no fue atraído por la gravedad de la Tierra.

Científicos buscan la forma de traer el Vanguard-1 de vuelta a la Tierra
Un grupo de investigadores e ingenieros de Booz Allen Hamilton, consultora de Virginia, EE.UU, armó una propuesta para regresar el satélite desde el espacio, para así poder estudiarlo y comprobar el estado de su equipamiento luego de tantos años.
Si bien el Vanguard-1 dejó de comunicarse en 1964, sus datos de rastreo muestran su ubicación y órbita; los investigadores sugieren que este se coloque en una órbita más baja para atraerlo o se lo puede desviar hacia la Estación Espacial Internacional.
Independiente del método que se utilice, los científicos también están considerando la antigüedad del satélite, por lo que, en su propuesta, indican que este deberá ser manejado con sumo cuidado.
Además, los autores de la idea sugieren que, antes de intentar devolver el satélite, se le envíe otra sonda espacial para inspeccionar su estado de cerca.
La propuesta del equipo se detalla en un trabajo publicado en el Centro de Investigación Aeroespacial, no obstante, aún no se ha determinado si el retorno del Vanguard-1 será aprobado o rechazado.