Dicen que el tiempo es oro, y eso trataba de manejar Junior de Barranquilla, club del fútbol colombiano que visitaba a Millonarios de Bogotá y que en el final del encuentro regaló un momento que no dejó a nadie indiferente.
Y es que la lesión simultánea de dos jugadores del cuadro local hizo que la camilla fuera ocupada por uno de los malogrados y el otro se mantenía en el campo pidiendo asistencia. ¿La solución? una improvisada camilla humana, pues uno de los valores del Tiburón retiró a su rival llevándolo “a caballito” y sacando carcajadas de los relatores.