Llegó el día y la noche de este jueves finalmente Robinho fue detenido por la policía brasileña para empezar a cumplir su condena de 9 años en prisión por una violación grupal en la que participó en Italia. El astro brasileño, habitual verdugo de La Roja en su época como seleccionado del Scratch, fue arrestado en su casa en Santos, en la zona costera de Sao Paulo, desde donde fue trasladado al Instituto Médico Legal para proceder a su encarcelamiento.
Obviamente, la alta expectación de la gente y los medios tornaron caótico todo el procedimiento, con todos tratando de conseguir una imagen de Robinho, desde uno más en la lista de futbolistas caídos en desgracia.
El exfutbolista fue condenado en Italia en 2017 por una violación grupal de una joven albanesa cometido en Milán en 2013, pero seguía viviendo en libertad en su país, puesto que la Constitución brasileña prohíbe la extradición de sus nacionales. Eso cambió recién este miércoles, cuando se determinó que debía cumplir la condena en una cárcel local.