Gerónimo Rivera está convirtiéndose, poco a poco, en una de las más importantes promesas del fútbol argentino. El delantero, que puede ser convocado a La Roja debido a que su abuela paterna es chilena, causó sensación en el último clásico de su equipo, Banfield, ante Lanús. Entró en el segundo tiempo e hizo lo que quiso: tiró túneles y tuvo la osadía de intentar eludir a sus rivales con sombreritos al más puro estilo Neymar. Provocó una expulsión y salió ovacionado (corearon su apellido) tras la victoria 1-0 del Taladro.