El estadio Santa Laura se tiñó de azul y rojo para darle vida a una nueva edición del Superclásico del fútbol chileno. Los hinchas de Universidad de Chile armaron una auténtica fiesta y recibieron a los jugadores con un ambiente único: extintores, lienzos y banderas con los colores del cuadro universitario.
Mientras tanto, Colo Colo vivió la otra cara de la moneda y se llenó de pifias al saltar primero a la cancha del recinto de Independencia, que cuenta con más de 16.000 almas en sus tribunas.