Pese a cometer un “error de novato” al momento de entrar a la mítica Cancha Central de Wimbledon, Nicolás Jarry demostró desde el comienzo que no le pesó la responsabilidad de enfrentar nada menos que al número uno del mundo, Carlos Alcaraz, en La Catedral del Tenis. De hecho, tras perder por poco el primer set, El Príncipe se llevó el segundo tras una dura batalla que solo se resolvió en tie-break, desempate donde Jarry estuvo más preciso en los momentos clave.
Pase lo que pase al final, el número uno chileno está demostrando ante todo el mundo que está muy cerca de la elite del tenis mundial.