Romelu Lukaku pudo cambiar el destino de la final de Champions League entre Manchester City e Inter de Milán. El delantero belga de 30 años pudo convertir el empate con el marcador 1-0 en contra del cuadro italiano, pero erró insólitamente. En el minuto 87, el atacante remató de cabeza con el arco descubierto, pero el balón rebotó en el portero rival Ederson y todo su equipo lamentó la situación. Los ingleses se quedaron con el triunfo y levantaron la edición 2022-23 del certamen europeo.