Jugaban Deportes Concepción contra Unión Española en Santa Laura cuando el árbitro cobró penal para los hispanos. Nicolás Villamil reclamó insistentemente por el cobro y le mostraron tarjeta amarilla.
A continuación, hizo algo que ayudó a acrecentar su apodo y la fama que tuvo en el "León de Collao". El "Loco" Villamil se puso de espaldas ante el ejecutante, Richard Zambrano, quien además venía del archirrival de los lilas, Fernández Vial.
El goleador Zambrano tomó carrera, lanzó un potente remate al mismo tiempo que Villamil giraba intempestivamente y desviaba el remate. Los hinchas lilas deliraban en Santa Laura y en toda la ciudad de Concepción.
Al término del partido y al ser entrevistado, Villamil explicó su actuar: "Fue la manera que se me ocurrió para protestar por el mal cobro del árbitro". Desde ese día, el romance del Loco Villamil con los penquistas pasó a ser incondicional.