Bayern Munich y Tigres de México han protagonizado una electrizante final del Mundial de Clubes. Si bien los "Felinos" han dado muestras de buen fútbol en el Estadio Qatar Foundation, los "Bávaros" han tenido las mejores oportunidades de abrir el marcador.
Prueba de aquello es el curioso gol anulado al mediocampista Joshua Kimmich, quien se despachó un zapatazo que se coló en el arco defendido por el guardameta argentino Nahuel Guzmán.
Todo parecía estar en regla, sin embargo, el juez principal Esteban Ostojich decidió que la anotación con iba a contar en el marcador, ya que Robert Lewandowski se entrometió indirectamente en la jugada.