Estamos lejos, demasiado lejos. Esa es la primera conclusión que surge cuando ya terminan la Copa América y la Eurocopa para este año 2024.
La coincidencia en el calendario y, a su vez, la diferencia horaria, permite que podamos ver una y otra competencia sin problemas.
Y la conclusión, lamentablemente, es a mi juicio lapidaria para el hemisferio sur.
Porque si uno observa el fútbol sin fanatismos y tratando de disfrutar del juego por encima del color y la cercanía de las camisetas que están en la cancha, se llega a una conclusión clarísima: en Europa van en una curva ascendente que impresiona. Y en Sudamérica, para no ser tan drásticos, podemos decir que estamos estancados.
No me quiero remontar a tiempos pretéritos, recordando al Brasil de Pelé, Garrincha, Didi y el resto, Ni siquiera a la Argentina de Fillol, Kempes o la de Maradona y Passarella.
No, me basta con irme a la última versión de ambos campeonatos continentales. Año 2021.
Argentina le ganó la final a Brasil con un gol de Ángel Di María. Además del “Fideo” ya estaban en el plantel y en su mayoría eran titulares el Dibu Martínez, Montiel, Molina, Romero, Otamendi, Lisandro Martínez, Acuña, Tagliafico, Paredes, De Paul, Lo Celso, González, Messi, Lautaro Martínez y Álvarez. Entrenador: Lionel Scaloni.
Es decir, prácticamente el mismo equipo que se consagró Campeón del Mundo al año siguiente en Qatar y los mismos jugadores que ahora son favoritos para obtener el bicampeonato en Estados Unidos. Cada uno de ellos, con cuatro años más a cuesta.
Vamos, con la otra selección favorita para este domingo: España.
La formación que quedó eliminada por penales en semifinales con Italia (que posteriormente sería campeón) fue con: Unai Simón en la portería, Jordi Alba, Aymeric Laporte, Pau Torres y César Azpilicueta en defensa, Busquets, Rodri, Gerard Moreno, Ferrán Torres, Oyarzábal y Morata.
Del equipo que probablemente juegue ante Inglaterra, se repiten solamente Simón el arquero, Laporte, Rodri y Morata.
Y quienes ahora son titulares y hace un par de años jugaban en el sub-20: nada menos que Fabián, Olmo, Williams y Yamal. Eso es Renovación de verdad. No obligada por el peso o el paso de los años.
Y da cuenta que, en Europa, primero aprendieron de nosotros, luego nos igualaron y ahora nos superaron.
Porque han recurrido a la única fórmula posible para llegar al éxito en el fútbol: el trabajo con las canteras.
Porque lo de España puede ser un punto demasiado alto, pero no es una excepción.
Anote, a manera de ejemplo:
Florian Wirtz (21 años, Leverkusen) – Alemania; Milos Kerkez (20 años, Bournemouth) – Hungría, Martin Baturina (21 años, Dinamo Zagreb) – Croacia, Benjamin Sesko (21 años, RB Leipzig) – Eslovenia, Kobbie Mainoo (18 años, Manchester United) – Inglaterra, Xavi Simons (21 años, RB Leipzig) - Países Bajos, Zeno Debast (20 años, Anderlecht) – Bélgica, Antonio Silva (20 años, Benfica) – Portugal, Radu Dragusin (22 años, Tottenham) – Rumania, llya Zabarnyi (21 años, Bournemouth) – Ucrania, Arda Güler (19 años, Real Madrid) – Turquía, Martin Vitik (21 años, Sparta Praga) - República Checa. Y no son los únicos.
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Veámoslo de otra forma
Los cuatro finalistas de Europa: España, Inglaterra, Países Bajos, Francia. ¿Cree usted que alguna de estas cuatro selecciones no habría llegado a la final de la Copa América y probablemente la hubiera ganado?
Por el contrario, ¿podemos decir lo mismo de Argentina, Colombia, Uruguay y Canadá? Obviamente estamos especulando, pero me atrevería a apostar que los canadienses, por ejemplo, no hubieran pasado de manera alguna la fase de grupos en Europa.
Haga un último ejercicio, ahora que Lionel Messi ya está entrando al ocaso: ¿cuántos jugadores sudamericanos, hoy por hoy, están entre los diez mejores a nivel mundial?
Vinicius, tal vez. A lo mejor el colombiano Luis Díaz. Quizá entre los arqueros, Dibu Martínez. Y pare de contar.
Lo dicho, estamos muy lejos.
¿Y Chile?
Es triste decirlo, pero el diagnóstico es aún peor todavía.
Porque si algo hizo a cabalidad esta Copa América fue reflejar con exactitud el momento de cada una de las selecciones del continente.
Por algo, a la primera de cambio quedaron eliminados Paraguay, Chile, Perú y Bolivia. Justamente las cuatro selecciones que ocupan los últimos lugares en la Tabla de las Clasificatorias.
Afortunadamente, lo que ayer nos pareció un despropósito, a futuro es la única tabla de salvación que nos va quedando: al próximo Mundial clasifican seis selecciones de manera directa y otra va al repechaje.
Obviamente, la lógica y la realidad indican que hay que pelear por ese séptimo lugar con Paraguay y Perú. Porque Venezuela, que hasta hace poco era pan comido, hoy nos ha sacado ventaja.
Lo que implica que tenemos que ser realistas y autocríticos. Porque es obvio que algo estamos haciendo mal en nuestro fútbol. De otra manera no se explica que el arquero titular de la selección chilena tenga 41 años y actualmente esté incluso sin club.
O que siga siendo titular Mauricio Isla por la banda derecha o que se piense – con fundamentos, por cierto- que Arturo Vidal debiera ser la solución en medio campo.
Hay que aceptar la realidad: de la Generación Dorada el único jugador que aún está a nivel de la elite mundial es Alexis Sánchez. Hay varios que todavía tienen camiseta asegurada en “La Roja”, como los dos ya mencionados y tal vez Eduardo Vargas o Charles Aránguiz, pero todos ya muy lejos de su mejor momento. Por una razón natural: los años no pasan en vano.
El problema es que los jóvenes tampoco se vislumbran como la solución que anhelamos. Me sorprendió, por ejemplo, que en una encuesta que hicieron en el programa Todos Somos Técnicos, los panelistas sin excepción señalaron que la gran revelación de la Copa América iba a ser Darío Osorio. Ojalá hubieran tenido razón, pero está claro que se equivocaron.
No pretendemos tener un Lamine Yamal, pero sí necesitamos que jugadores como Lucas Assadi, Gonzalo Tapia, Alexander Aravena, los dos Pizarro (Vicente y Damián) se consoliden de una vez por todas y pidan una camiseta de titular en la Selección.
Para no ser tan pesimistas, hay que reconocer que de medio campo hacia atrás estamos medianamente bien, somos competitivos. Aparte de Bravo, Cortés y Arias son buenos arqueros. Zagueros centrales también hay: Paulo Diaz, Lichnovsky, Maripán, Kuscevic, Catalán que también puede jugar de lateral, donde Felipe Loyola y Gabriel Suazo también otorgan seguridad. Lo mismo que Echeverría y Pulgar como volantes de corte.
¿Quién hace goles en La Roja?
Pero, hay que buscar con urgencia jugadores que cumplan con la otra tarea: la de crear ocasiones y hacer goles. Porque por algo a Chile no le convierten muchos tantos: sólo Argentina le anotó en la Copa América y por las eliminatorias el arco está invicto jugando en Santiago.
El volante creativo está y se llama Diego Valdés, que cuando se ha lesionado ha demostrado lo importante que es para esta Selección Chilena. Y también tenemos la opción de Luciano Cabral, que me parece el jugador distinto que puede darle el último pase que hoy Chile no encuentra por ninguna parte.
¿Quién la emboca en el arco contrario? Esa pregunta sí que es difícil de contestar y debe ser el gran dolor de cabeza de Ricardo Gareca. Por algo llamó y rescató a Eduardo Vargas, pero también hay que insistir en lo mismo: ya no es ni está cerca de ser el goleador de las dos copas América en que fue un delantero letal.
A lo mejor, juntando en la creación a la dupla Valdés – Cabral se consigue un bono extra: que Víctor Dávila pueda jugar más cerca del área (no nos olvidemos que hizo muchos goles en México) y lo más importante, que Alexis Sánchez no tenga que desgastarse bajando a buscar la pelota hasta campo propio.
¿Delanteros jóvenes para asumir el recambio? Ojalá, Damián Pizarro, madure definitivamente en Italia. O que los mencionados Assadi y Osorio se consoliden y dejen de ser “promesas”. O que, o que o que…