Juegos Panamericanos Santiago 2023: desafíos posteriores

Los Juegos Panamericanos se están disfrutando a concho en la capital chilena, pero hay que adelantarse a los hechos: ¿Qué pasará después de que la fiebre deportiva pase?

Santiago 2023 Juegos Panamericanos en Chile. Foto: Agencia Aton.

Cuando se clausuren los XIX Juegos Panamericanos Santiago 2023, varios hechos permitirán afirmar que el evento en general habrá producido impactos positivos para Chile en general y para el país deportivo en particular.

Así, sobresalen tres situaciones: primero, gran cantidad de público, la mayoría en actitud tranquila y disfrutando los espectáculos, en conjunto con un alto entusiasmo con el evento por parte de los espectadores directos e indirectos. Esto se ha traducido en un emotivo apoyo a los deportistas nacionales y extranjeros. Podríamos pensar que este tipo de acontecimiento es tierra abonada en Chile para que la ciudadanía se sienta unida con un propósito común.

Segundo, aludiendo a los recintos deportivos nuevos o renovados, éstos han pasado muy bien su test de calidad y, sin duda, se han convertido en un legado impensado hace pocos años; este tema es un desafío para el Estado de Chile, resorte financiero de Santiago 2023 pues la mantención, por ejemplo, del Parque Estadio Nacional y del Parque Peñalolén, implicará presupuestos idóneos, personal altamente capacitado y la implementación de un modelo de gestión que no conocemos para este tema en el sector estatal chileno. Para ello, tendrán que conjugarse los intereses del alto rendimiento, la formación deportiva, la competencia y también la actividad física para la población.

Los hechos que ponemos como ejemplo de lo positivo que está resultando el haber traído los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos a Santiago, nos hace preguntarnos sobre el momento posterior de ambos eventos: ¿cómo se administrará el legado material, socio-cultural y deportivo de Santiago 2023? ¿Será capaz el Estado de hacerse cargo de esta responsabilidad? ¿Le sucederá a Chile lo que aconteció con el legado material de los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 o de Río en 2016, que, con una inmensa inversión, luego quedaron al desamparo?

Kristel Kobrich, Juegos Panamericanos, Santiago 2023
Kristel Kobrich, Juegos Panamericanos, Santiago 2023

Un desafío desconocido para Chile

El 23 de octubre, despidiéndose de Chile, el presidente del Comité Olímpico Internacional, el abogado y ex esgrimista olímpico alemán Thomas Bach, expresó su agradecimiento a Chile por el esfuerzo de estar organizando Santiago 2023. Bach dejó una invitación al país. Dijo: “Chile está capacitado para seguir recibiendo este tipo de instancias deportivas, entre ellas, podrían estar unos Juegos Olímpicos o eventos de ese carácter”.

Las palabras de Bach no dejaron indiferente a nadie. El ministro del Deporte Jaime Pizarro y el presidente del Comité Olímpico, Miguel Angel Mujica, llamaron a la cautela. Afirmaron que era necesario terminar bien el actual desafío y luego pensar y planificar. Mujica dijo que Juegos Olímpicos son palabras mayores por su costo y tamaño. En promedio, unos Juegos Olímpicos pueden costar entre 14.000 y 20.000 millones de dólares, lo que equivale entre 15 a 25 veces el costo de Santiago 2023. En cambio, los Juegos Olímpicos Juveniles tienen un valor mucho menor, cercano a los 500 millones de la moneda estadounidense, incluida la Villa de alojamiento.

Diferente a las opiniones del ministro Pizarro y al presidente del COCH, el Director Ejecutivo de Santiago 2023, Harold Mayne-Nicholls, reaccionó con palabras positivas. Indicó: “Cosas mayores a los Panamericanos son los Juegos Olímpicos. Si fuese por mi -agregó- empezaría la campaña hoy”.

Como tercer elemento a resaltar está el factor de cómo le irá a Chile en lo deportivo. Avanzado un tercio de los Juegos, el equipo nacional marcha sexto en el medallero. Es probable que su ubicación final sea entre ese lugar y un 8° puesto.

Lo que viene después de los Panamericanos y los Parapanamericanos debiera implicar un análisis profundo sobre las estructuras públicas y privadas del alto rendimiento nacional. En este tema hay que preguntarse si el modelo del Plan Olímpico, que se creó en 2010 y ha hecho progresar el sector hasta llevarlo al 8° lugar de Lima 2019, es lo más adecuado o requiere renovarse. La misma pregunta debiera hacerse en torno a los programas públicos Chile Compite y Promesas Chile, que son dos soportes para los deportistas más jóvenes. En definitiva, siempre es posible lograr progresos. Estos, sin duda, serán más factibles si se aprovecha la positiva ola que está significando Santiago 2023.