Camila Sáez: “Muchas veces veo jugando a más mujeres que a hombres”

Con un currículum de lujo, que en julio sumó la participación en los Juegos Olímpicos, la defensora del Rayo Vallecano valora 
el avance del fútbol femenino en el país.

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Camila Sáez (17-10-94) ya suma cuatro años en España. A fines de 2017 firmó en el Tacón FC, de la segunda división hispana. Tras
una temporada, dio el salto y pasó al Rayo Vallecano. Y allá está cómoda. “La vida es muy parecida a la de Chile. Hago prácticamente las mismas cosas... una diferencia es que allá ceno. Acá tomamos once, pero casi nunca cenamos. Y de palabras, digo ‘joder’, que allá la dices por cualquier cosa, pero en la selección se me
va de una porque ya no la escucho, Ah, y también digo ‘claro, claro’, y acá me molestan, jajaja”, reconoce con humor.

La defensora sabe que vive días increíbles, cumpliendo otro de sus sueños: participó de unos Juegos Olímpicos (Chile cayó ante Gran Bretaña, Canadá y Japón). Y así sigue abultando su currículum, que aporta la obtención de la Copa Libertadores 2012 y 13 títulos en Chile: nueve torneos nacionales, tres Copa de Campeonas y una Copa Chile.

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Usted es parte de un grupo histórico, al clasificar a un Mundial y a Tokio 2020...

Esos están entre los recuerdos más lindos del fútbol. Son sensaciones que no tienen explicación, son sueños que uno cumple. Siempre dije, desde chica, que quiero jugar unos JJ.OO. He participado en Panamericanos, he vivido su inauguración, y siempre imaginé lo que debe ser unos Olímpicos. Ese día que clasificamos fue una satisfacción de decir ‘todo el esfuerzo, todo lo que dejaste de lado, valió la pena’. Todos hacemos un esfuerzo tremendo. Algunas estudian y trabajan. Nos perdemos muchas cosas familiares, yo más porque juego afuera; a veces se hace pesado porque extrañas a tu familia, quieres estar con tus papás y no se puede... Entonces uno ve que todo ese esfuerzo ha valido la pena.

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La defensora también tiene otro mérito: le anotó a Argentina para clasificar al Mundial y a Camerún para acceder a los Juegos Olímpicos. Goles históricos.
“No sabría decirte cuál es el más importante porque los dos han marcado logros. Lo importante es haber ayudado al equipo”, comenta casi rehuyendo los elogios.

La participación en estos torneos ayuda a mejorar el nivel del fútbol nacional...

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Sí, vamos creciendo. En las fechas FIFA de estos años hemos jugado con puras potencias mundiales y eso te ha permitido tener otro roce, otro ritmo y te das cuentas de que ya no puedes recibir el balón y pensar qué vas a hacer, sino que debes tener pensado qué vas a hacer cuando te llegue el balón. No hay tiempo. Tener dos metros para jugar es mucho espacio así que tienes que tener eso claro. Todo eso te permite manejar otras situaciones al alto nivel.

A la hora de los balances, Sáez tiene varios nombres propios. Sobre todo cuando habla de los entrenadores que más le han aportado. “José Letelier me ha marcado mucho”, dice de inmediato alabando el trabajo del seleccionador nacional. “Antes yo no era central, yo jugaba de lateral izquierda. Cuando llegué a Colo Colo me dijo ‘te voy a enseñar a jugar de central’ y lo que soy hoy día se lo agradezco mucho a él. Vio condiciones en mí para jugar en ese puesto y me hizo una central. Hay muchos entrenadores que te marcan. Ronnie Radonich junto al profe (Cristián) Moreno fueron personas muy importantes cuando inicié mi carrera. Tenía 14 años cuando partí con ellos en un Sudamericano y en un Mundial. Y me llevé muchas enseñanzas de la disciplina, de entrenar, de llegar a la hora. En Unión La Calera, el profe Miguel (Oyaneder), que fue quien también me pasó a lateral izquierda, ocupó una parte importante en mis inicios. Y no quiero dejar afuera a Mario Vera, con quien estuve en Everton, también me deja enseñanzas, me llevó a la Libertadores con solo 16 años. Todos han sido muy importantes en mi carrera, me han enseñado muchas cosas, pero si tuviera que quedarme con uno solo, lo que soy es gran parte mérito del profe Letelier”.

Ustedes son la Generación Dorada femenina...

Puede ser. Esto viene de un trabajo de mucho tiempo. Ya son doce años que nos conocemos
la mayoría y todo el esfuerzo de todos esos años anteriores, cuando no teníamos las condiciones de ahora, nos han hechos más fuertes y más unidas. No es que todos seamos amigas, porque eso es imposible en un plantel de 22 jugadoras, pero todas nos respetamos, vamos a muerte por la otra y nos apoyamos. Eso es fundamental. Hay mucha unión a nivel colectivo, nos llevamos súper bien y eso ha marcado para conseguir resultados. No es casualidad el segundo lugar de la Copa América, la clasificación al Mundial -donde no lo hicimos mal y nos faltó un gol para la siguiente fase-, y ahora los JJ.OO.

En el Mundial tuvieron un penal para pasar de ronda...

Sí, siempre se habló de ese penal, pero antes tuvimos 80 minutos para hacer otro gol. Mala
suerte que a la Pancha (Francisca Lara) se le haya ido, no es culpa de ella que no pasamos de fase,
sino que tuvimos 80 minutos antes para anotar. Desaprovechamos el primer tiempo donde no anotamos y eso te mete más desesperación porque entras al segundo tiempo sabiendo que tienes que hacer tres goles. Con el 2-0 nos fuimos encima, pero no pudimos.

¿Ese es su momento más triste en una cancha?

Nos dolió, nos dejó una espinita clavada por el gol que faltó. Pero también recuerdo la final de la Copa Libertadores de 2010, con Everton. Perdimos con Santos en el minuto 90, con un gol de tiro libre. Nos destrozó. Estábamos yendo a penales, teníamos a la Tiane (Christiane Endler) de arquera y sabíamos la calidad que tenía. Para nosotras fue un golpe fuerte.

¿Quién es la mejor jugadora del fútbol chileno?

La Tiane ha sido una de las mejores a nivel de selecciones chilenas. Creo que es una persona muy importante y cuando termine su carrera, seguirá siendo importante por todo lo logrado y por donde ha dejado al país en forma individual, pero siempre diciendo que es chilena.

LOS DUROS INICIOS

Sáez recuerda que su comienzo en el fútbol no fue fácil. “Al principio, el fútbol femenino no era bien visto. Cuando jugaba solo con amigos hombres, me llamaban de todo. Fue complicado por el estereotipo que la mujer no puede jugar al fútbol, que solo es para hombres y eso fue lo más pesado. Lo bueno es que ahora a las niñas no les toca vivir eso. Hay una cultura de fútbol femenino en Chile y el mundo que es muy importante para que las nuevas generaciones se puedan desarrollar de mejor forma y no pasen por lo que pasamos la mayoría de nosotras, porque todas sufrimos algún insulto porque jugábamos al fútbol”, recuerda.

En ese sentido, la labor de ustedes ha sido fundamental...

Hubo un punto importante, que fue el Mundial que se hizo en Chile en 2008, aunque después desaparecimos del ranking FIFA. Pero el punto de inflexión fue la Copa América. Ahí la gente se dio cuenta de que podíamos dar un espectáculo, que jugábamos y no que íbamos a ver qué salía. Ahora me pone contenta que, cada vez que vengo a Chile, muchas veces veo jugando a más mujeres que hombres. Me parece muy bueno que haya ligas femeninas para que esto vaya más en alza.

Y qué le diría a las niñas que quieren ser futbolistas...

Que se esfuercen, que habrá momentos en que querrás tirarlo todo a la basura, me pasó, pero una palabra clave es la perseverancia. Es importante. El esfuerzo también es innegociable para conseguir lo que te propones, y luchar. En un mundo aún machista hay que luchar y apoyarse entre todas para conseguir lo que queremos. Y que se pongan una meta alta para conseguir lo que deseen.

¿Después de jugar ejercerá su profesión de Ingeniera en Administración de Empresas?

Me gustaría ejercer, pero más ligada al deporte. Estoy haciendo muchos cursos de gestión deportiva. Te das cuenta de cosas que faltan por mejorar. Incluso me hubiera gustado nacer diez años después para haberme topado con todo lo bueno que hoy vive el fútbol femenino.

¿No será entrenadora?

No lo sé. Me gusta, pero no del todo. Hay que dedicarle mucho tiempo, muchas horas de trabajo de ver fútbol, de ver jugadoras, de buscar el error
en tus jugadoras para que mejoren, el error en los rivales para buscar sus falencias y entrar por esos lados. Eso requiere mucho trabajo. Me gustaría, porque la experiencia puede ayudar a muchas chicas. Cuando los entrenadores fueron jugadores tienen otra visión a cuando no han jugado... sería importante, pero me gustaría más estar de afuera, en la gestión.

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