A las 09.30 de la mañana, en el complejo deportivo del Béisbol, en la comuna de Cerrillos, partió para Chile su participación en los XIX Juegos Panamericanos. Su rival fue México, quien ganó claramente por 16 carreras a 0, en lo que se denomina un “knock out”, es decir, llegar a 15 carreras dentro de las 5 primeras entradas. El resultado era esperable. Nadie se vio sorprendido o molesto.
México, habiendo sido en junio último campeón y medalla de Oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, logró 2 carreras en el primer juego (entrada), 8 carreras en el tercer juego y 6 carreras en el cuatro juego. Los aztecas clasificaron para Santiago 2023 y vienen con la disposición de llevarse otro Oro en su palmarés.
El jugador chileno Benjamín Meza opinó en la zona mixta que el equipo y cada uno de sus 24 jugadores estaban muy conscientes de la gran diferencia de Chile y sus rivales, pero que para ellos lo importante era vivir esta experiencia, lo que de por sí era un éxito, visibilizar que si hay Béisbol en Chile y que a partir de este momento esperaban seguir compitiendo dentro y fuera de Chile.
El juego mostrado por la selección de Chile es débil aún. Eso queda reflejado, por ejemplo, en tres rasgos: primero, que sus bateos no duraron en los 5 juegos más de 7 minutos previo a los outs; segundo, en los 5 juegos solo en dos ocasiones fue posible colocar jugadores chilenos en primera y segunda base, y tercero, mientras México se defendía en el bateo, en cuatro ocasiones nuestro país modificó al pitcher (lanzador).
Chile y México componen el grupo A junto a Panamá y República Dominicana. En el grupo B, en cambio, competirán Venezuela, Brasil, Colombia y Cuba. Los dos primeros clasifican a la “Súper Ronda” para definir las parejas que lucharán por el Oro y el Bronce.