Paulo Garcés se vio envuelto en la polémica de la fecha en Primera B, pues junto a su compañero en Unión San Felipe, Facundo Monteseirín, terminaron detenidos por Carabineros la noche del viernes por agredir físicamente a un guardia de seguridad del Estadio Lucio Fariña, al término del partido ante San Luis.

Finalmente ayer el medio quillotano Vision Deportiva informó que el meta quedó en libertad de acción, por lo que durante la tarde regresó a su casa y se reunió con su familia. La esposa de Garcés, Joyce Castiblanco, publicó en sus historias de Instagram un video del portero compartiendo con su hijo, el día después de la polémica noche en Quillota.