Hasta hace poco, el fútbol era reconocido por ser un deporte practicado por hombres, sin embargo, paso a paso el fútbol femenino se ha consolidado en los últimos años, generando gran revuelo en el mundo del deporte consiguiendo romper récords de asistencia en los recintos deportivos de las diferentes ligas.
En ese sentido, Héctor Bellerín, jugador del Real Betis, es conocido por ser defensor de la equidad de género, hablar sin tapujos y ser un persona vanguardista en cuanto a las demandas sociales se refiere. Asimismo, busca escapar de los estereotipos y la clásica figura del futbolista.
Por lo mismo, el que fuera compañero de Alexis Sánchez en Arsenal habló con Público, sincerándose sobre su vida personal y dejando entre ver lo mucho que le ha costado ser él mismo en un mundo patriarcal y en el entorno futbolístico.
“Nos educan desde pequeños como hombres en una sociedad patriarcal, donde el éxito, la masculinidad o todos esos vicios están muy inculcados desde pequeño (…) En el vestuario, hay siempre mezcla de culturas, de personalidades. Son ambientes altamente masculinos, donde es muy difícil hablar de nuestras emociones“, aseguró.
En la misma línea, fue consultado por el machismo en el deporte, a lo que respondió: “En el fútbol hasta mediados de los 90 las mujeres no entraban en los palcos. El fútbol es una industria muy conservadora que tiene mucho miedo a cambiar Es lo que hace esta hiper masculinización, súper tóxica y este machismo que afecta desde los jugadores a entidades y aficionados. A todo en general”, remarcó el lateral.
La burbuja del futbolista
Por otro lado, el jugador de 28 años manifestó que los deportistas viven en una constante burbuja que los aleja de su personalidad. “Cuando estás en un ambiente con una ideología, acabas viviendo y creyendo eso. Para nosotros el trabajo está en mirar hacia afuera. Es muy difícil muchas veces cuestionarte cuál es la realidad. El futbolista está muy protegido”, declaró.
Asimismo, aclaró que se les inculca el fútbol desde temprana edad. “Siempre se nos protege desde pequeños y se nos obliga a hablar solo de fútbol y ser solo futbolistas. Si no se nos permite salir de esta burbuja es muy difícil cambiar. Muchas veces he sentido que me han faltado el respeto, que se me ha deshumanizado”, concluyó Bellerin.