Gabriel Boric no oculta su gusto por el fútbol y así lo demostró con el sueño que tiene con su sobrino León: quiere que en la cancha que juegue sea el ‘10′ del equipo. El presidente chileno utilizó sus redes sociales para exhibir como el hijo de Simón -su hermano- y Fiona Bonati comienza a mostrar similitudes, en tono de broma, con Juan Román Riquelme. Su publicación desató una ola de comentarios en redes sociales.
A través de Instagram, el mandatario de Chile expresó: “Mi sobrino va a ser un 10. Y la pelota siempre al 10″. El presidente acompañó dicho mensaje con tres postales para el recuerdo: la primera de León imitando a Juan Román Riquelme (o así pareciera), la segunda del ídolo argentino de Boca Juniors realizando el popular festejo de Topo Gigio contra Mauricio Macri, mientras la última refleja el cariño entre el cariño entre tío y sobrino en un avión.
Para el presidente no hay duda, León va a ser el encargado de recibir, analizar y resolver los problemas en el campo de juego, al igual como él intenta al mando de la nación. Una idea que recibió amplia valoración en redes sociales, incluso la de un íntimo amigo, Tomás Vodanovic. El edil de Maipú no dejó escapar la oportunidad y le propuso a Gabriel Boric que lo vistieran con la camiseta de la UC, el equipo que vincula a ambos políticos.
Un anhelo del mandatario nacional que representa su cariño por el fútbol, deporte con el que semana a semana vibra con Universidad Católica. Es confeso hincha del equipo precordillerano y durante su mandato ya ha estado presente en las graderías del Estadio San Carlos de Apoquindo. A pesar de su importante cargo, ha alentado a su equipo en las alturas de la capital.
De seguro que sigue atentamente la remodelación del recinto de Las Condes, al igual que Simón, aunque este último con mayor atención. A pesar de que también es hincha de los Cruzados, ha mantenido distancia del equipo que actualmente dirige Nicolás Núñez. Lo vive a su manera y de seguro le entregará libertad de elegir a León el camino a seguir y de qué equipo enamorarse para toda la vida.
