Erick Pohlhammer falleció a los 68 años y marcó historia en la poesía nacional. Su pasión por Universidad Católica no dejó de lado su gusto por jugadores de otros clubes, tal como inmortalizó con su legendario poema dedicado a Jesús Trepiana, que además de jugar por los Cruzados también pasó por Unión Española.
“Yo vi jugar a Jesús Trepiana” se tituló la pieza de arte que alude a un relegado portero chileno sin mayores actuaciones en Universidad Católica y Unión Española. En una especie de oda a la suplencia y a la paciencia, Erick Pohlhammer endiosa al guardavallas que en San Carlos de Apoquindo era banca de Leopoldo Vallejos y Adán Rojas, mientras que en Independencia era la sombra de Francisco Nitsche.
“Pero vamos a lo nuestro que es lo más importante. Yo vi jugar a Jesús Trepiana con mis propios ojos. Ustedes no. Ustedes estaban en otra esperando algo. Algo intrascendente o la llegada del Mesías. Yo ya había encontrado al auténtico Mesías. En la persona de Jesús Trepiana”, expresa parte del extracto del poema de Erick Polhammer.
Para los futboleros y seguidores de la literatura, un poema más que necesario para aquellos jugadores sin mucha participación ni voz entre la gran cantidad de figuras. Así lo expresó Juan Cristóbal Guarello en 2008 en una columna de opinión de El Mercurio: “Alberti le escribe a Zamorano, Vinicius a Pelé, a los Trepiana nadie nunca lo resucitó en palabras superiores”.