La segunda jornada del Festival de Viña del Mar estuvo cargada de emociones, especialmente para Myriam Hernández. La reconocida cantante nacional vivió un momento inolvidable cuando sus hijos subieron al escenario de la Quinta Vergara para abrazarla tras recibir la Gaviota de Platino.
La artista, con más de 30 años de trayectoria, fue homenajeada con el mayor estandarte que existe, reconocimiento que sólo se otorga a figuras icónicas de la música.
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Myriam Hernández se sincera al obtener la Gaviota de Platino
En una entrevista con LUN, la “Baladista de América” compartió sus sentimientos sobre este emotivo encuentro con sus hijos en pleno escenario.
Durante la presentación de la artista, y al momento de haber recibido las dos Gaviotas de Plata y Oro, los animadores explicaron el significado de la Gaviota de Platino y los requisitos para obtenerla.
Fue entonces cuando la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, junto con los productores de Bizarro, fueron en busca del galardón para entregárselo a la artista. Al recibirlo, Myriam Hernández no pudo contener su emoción y expresó su agradecimiento. “Me queda darles las gracias a Dios, mis hijos que son mi sostén, mi familia, mis padres, mis amigos, mi staff de músicos y ustedes”.
Al momento de expresarse, los animadores subieron a los dos hijos de la vocalista, donde la intérprete no aguantó las lágrimas. “Lo más maravilloso para una madre es abrazar a sus hijos, siempre en momentos especiales. Pero esta noche fue un momento único. Esta noche de verdad abrazar a mis dos hijos que han sido mi sostén, mi fortaleza, mi mejor producción. Fue mágico, de verdad. Lloramos antes de salir al escenario”, relató la cantante.
Además, reveló un hecho personal que marcó a su familia en los últimos meses. Su hijo Jorge asumió el rol de mánager de la cantante, tras la separación de sus padres.
“Hace dos meses no sabíamos qué hacer. Un día mi hijo me dijo que iba a pedir dos meses sin goce de sueldo en la agencia donde él trabajaba. Me llama un día y me dice que no le fue bien, que le dieron sólo un mes de permiso. Por dentro yo no sabía qué iba a hacer, y me dijo: ‘Renuncié, no te voy a dejar sola’. Fue el regalo más maravilloso”, comentó con emoción.