“No te quiero ver mal”: Expareja de Diego Urrutia advierte a Carla Jara sobre la violencia y problemas del comediante con el alcohol

Sofía Lobos, quien habría sido la “polola oficial” del comediante, quien tenía más de una relación paralela.

Diego Urrutia y Carla Jara están en pareja desde hace un mes

En una impactante revelación en “Sígueme”, Sofía Lobos, quien fue la “polola oficial” del comediante Diego Urrutia, ha lanzado fuertes advertencias a Carla Jara sobre el comportamiento violento y los problemas con el alcohol del comediante.

La verdadera cara de Diego Urrutia

Sofía Lobos relató cómo la relación con Urrutia se transformó a medida que su fama crecía.

Todos conocen su primera faceta, la que muestra al mundo, pero dentro de la casa, yo conocía su verdadera cara, que a mi parecer no es muy buena,” comentó Lobos. Ella describió cómo se sentía tratada como una “ama de casa” y no como una pareja, y recordó con tristeza cómo Urrutia evitaba ser visto con ella en público.

La relación se deterioró aún más con episodios de violencia. Lobos describió cómo Urrutia golpeaba las paredes durante las discusiones y elevaba la voz, llegando a gritar.

Cuando se enojaba, golpeaba las murallas,” relató. Además, mencionó que estos episodios de violencia frecuentemente ocurrían bajo la influencia del alcohol.

Advertencia a Carla Jara

En un mensaje directo a Carla Jara, Sofía Lobos compartió su experiencia con la esperanza de prevenir que Carla Jara sufra lo mismo.

“Haz tu vida, vive con él, sean felices, pero no te quiero ver mal. Estoy diciendo cómo es él: tómalo o déjalo,” concluyó Lobos.

El inicio y el deterioro de la relación de Diego Urrutia y su expareja

Lobos recordó que el primer año de relación fue el más bonito, pero a medida que Urrutia ganaba más fama, su comportamiento cambió drásticamente.

Mientras más iba incrementando su fama, más iba cambiando, y sobre todo conmigo,” señaló.

En un intento por salvar la relación, Lobos llevó a Urrutia a terapia psicológica, pero sus esfuerzos fueron en vano.

Nuestra psicóloga nos enseñó cómo resolver problemas sin gritar, pero Diego no estaba dispuesto a cambiar,” explicó.