Santiago Ford es un deportista chileno y profesor de educación física que tiene 26 años de edad. Nació el 25 de agosto de 1997 en Cuba, país del que se vino para seguir sus sueños tras una fuerte e impactante travesía, ya que cruzó un sector lleno de minas antipersonales en medio del desierto de Atacama.
“En Perú, yo venía en bus y la única persona que bajaron del bus fue a mí, yo creo que fueron directo a mí. Tenía 20 años, pero tenía la mente de un tipo adulto, porque yo en ningún momento me quebré, siempre me mantuve tranquilo, me mantuve sereno”, recordó en “Podemos Hablar”, agregando que los policías le pidieron dinero para dejarlo en libertad.
De esta manera, lo subieron a un bus y se encontró con una persona que lo llevó hasta la frontera. Ahí, caminó y caminó por distintos parajes, deshidratado y sin nada que comer.
“Vi las luces del aeropuerto de Arica y me tiré hacia la carretera a hacer dedo, porque ahí no podía seguir caminando, estaba súper cansado, súper fatigado, las piernas no me daban, con hambre y sueño. Paró un auto, me preguntó quién era, le expliqué lo que había hecho, me dijo ‘usted acabó de nacer, porque esa arena, eso que usted acaba de pasar, donde se hundió hasta las rodillas es un campo minado. Yo no le quería creer. Me quedó esa cosita en la mente, del campo minado y cuando llegué a Chile, empecé a averiguar y exactamente, en todas las fronteras que uno pasa hay campos minados”, contó Santiago Ford.
Con el tiempo obtuvo su nacionalidad y trabajó como guardia en una discoteque en donde se enfrentó a las drogas y fue tentado a venderlas.
Santiago Ford y sus días como guardia en una discoteque
Santiago Ford siempre quiso ser deportista, pero su primer trabajo en Chile estuvo muy alejado de la pista.
“Yo venía con la idea del deporte, pero a veces la vida te aleja de tu zona de confort para enseñarte otras cosas y para prepararte para tú vida. Yo estaba en Cuba becado desde los 15 años, yo sabía lo que era estudiar y entrenar, pero yo no sabía lo que era la calle, yo no sabía lo que hacía mi papá para llevarme un plato de comida a la mesa”, reflexionó.
Al mismo tiempo, recordó cómo en su función de guardia tenía que revisar a los asistentes y se encontraba de todo, tanto, que una vez le ofrecieron vender drogas.
“Producirla, venderla dentro de la discoteca… Podía ganar en una noche 100, 200 mil pesos, y eso era lo que yo ganaba en un mes. Nunca me nació, nunca me quedé con nada, siempre lo soltaba, todo lo devolvía, se lo daba al jefe, porque yo sabía que tenía un objetivo claro. Yo tenía mi objetivo, estaba lejos, estaba muy lejos, pero sabía que ese momento iba a llegar. Vi pistolas en frente mío, cuchillas, navajas, de todo me tocó ver en el transcurso de ese tiempo. También nos tocó pelear”, sentenció al respecto.
El cariño de la gente
Santiago Ford también tuvo tiempo para hablar del cariño que le ha mostrado la gente luego de ganar la medalla de oro en los Panamericanos Santiago 2023.
“Es muy bonito ir por la calle y que la gente te reconozca, me piden fotos, me piden autógrafos, me piden saludos… We dio de la manera que se dio y el pueblo chileno apoyó de tope, desde que yo salí a las 4 de la tarde al Estadio Nacional hasta que terminé el 1500 y ahí todo cambió”, aseveró.