En un nuevo capítulo de “Chile lindo”, que se emite por las pantallas de Canal 13 y 13C, Amaya Forch reveló aspectos desconocidos de su vida. Entre ellos, relacionados a la maternidad.
“¿Siempre quisiste ser mamá”?, le preguntó la periodista y animadora del programa, Sol Leyton.
“Nunca. No, yo pensé que no iba a ser mamá, porque yo pensé que nunca me iba a casar, nunca pensé que iba a formar una familia”, explicó Amaya Forch.
“Lo que pasa es que yo a los hijos los veía de a 2 y como no me veía a mí de a 2, tampoco vislumbraba como la familia. Además que yo sabía o me habían dicho que era 100 por ciento que no iba a poder tener hijos”.
“¿Cómo fuiste mamá entones?”, le consultó Sol Leyton.
“Quedé embarazada y fue increíble. Sentía que tenía 2 almas en el cuerpo, estaba conectada disfrutando cada segundo del embarazo. No lo podía creer, no podría creer lo que estaba sucediendo, lo que estaba sintiendo”, recordó Amaya Forch.
“Yo cuando chica tuve una peritonitis muy fuerte, por apéndices. Y se supone que yo quedé con problemas en que no podía tener hijos. Entonces Julieta fue como casi un milagro”, comentó la actriz.
“Después pasaron varios años, tuve por ahí un embarazo que fue una pérdida. Y después llegó Alonso, pero fue una búsqueda como de 3 o 4 años”, señaló Amaya Forch.
Actualmente, los hijos de la cantante tienen 18 años, Julieta y 10 años, Alonso. Ambos, nacidos fruto de su extinto matrimonio con el periodista Amaro Gómez-Pablos.
Amaya Forch habla sobre su bullada separación
Amaya Forch y Amaro Gómez-Pablos se separaron en el 2014, luego de que el periodista le fuera infiel. Una polémica ruptura que incluyó disputas por las pensiones de alimentos y hasta denuncias por violencia intrafamiliar.
“Yo creo que nosotros vivimos en una sociedad de mucho prejuicio, de mucha rabia y muy cruel, creo que estamos en una sociedad cruel. Sentía que iba a tener que irme de Chile, sentía que estaba en un lugar donde nadie me quería”, declaró la intérprete sobre el tiempo en que estaba en disputa con su exmarido.
“Yo creo que uno aprende a convivir con el dolor, que el dolor existe y eso es lo que yo he aprendido en el camino. Que los sentimientos y las emociones no son absolutas y únicas, pueden convivir en paz. Y que uno, además del sentido del dolor puede ser feliz, al mismo tiempo y es muy bonito”, reflexionó Amaya Forch.
“Desde el momento en que yo soy mamá, mi vida no solamente me pertenece a mi, también le pertenece a mis hijos. Nosotras tal vez podemos pelear una batalla hasta el fin, pero también sabemos que hay ciertas batallas que uno puede dejar de pelearlas, si es que pelear esa batalla le hace daño a los niños. Y a pesar del amor que nos hace tan bien, no es lo único”, sentenció la comunicadora en “Chile lindo”.