Camila Nash explica por qué dejó de hacer contenidos para adultos: “Se paga un precio familiar muy alto”

La exintegrante de “Calle 7″ reflexiona sobre los dos años en Arsmate y cómo las complicaciones familiares y personales la llevaron a cerrar esta etapa de su vida.

Camila Nash se retiró de Arsmate poor problemas familiares

Camila Nash anunció su retiro definitivo de la creación de contenidos para adultos tras dos años en la plataforma Arsmate. La decisión, según confiesa a LUN, estuvo marcada por el impacto que su trabajo tuvo en su familia y en su vida personal.

Sentí que se paga un precio familiar muy alto al tener una cuenta para adultos. Estuve más de un año sin contacto con mi familia. Con los únicos que me comunicaba era con mis hermanos. Al resto les afectó mucho mi decisión, que además se enteraron por la prensa”, relata.

La relación con su familia, profundamente tradicional, sufrió un quiebre significativo. Recién en abril de este año lograron reconciliarse, algo que Camila describe como “super bonito”. Sin embargo, el camino no fue fácil: “Moví mucho el suelo y nos distanciamos”, añade.

Camila Nash y una etapa que cumplió su ciclo

Radicada en México, Camila Nash decidió dar un giro a su carrera. “Pienso que dos años es suficiente para una etapa como esta, que para mí ya cumplió su ciclo. Quiero cambiar de rumbo”, asegura. Además, el cansancio acumulado y las dificultades para producir contenido en el último tiempo la llevaron a replantearse su futuro.

“El primer año fluía mucho: la locación, el vestuario, el fotógrafo, todo. Pero este año se me hizo muy difícil. Lo tomé como una señal. Dije: ‘Es hora de hacer algo distinto, de salir a la vida’”, reflexiona.

Gracias a los ingresos obtenidos en la venta de contenido, Camila Nash pudo solventar gastos médicos significativos, como el tratamiento de una infección renal que arrastraba desde su tiempo en Chile. “Fueron tres meses de antibióticos que me tiraron a la cama. Con ese dinero pude manejar mi propio horario y enfocarme en mi recuperación”, cuenta.

Además de las complicaciones familiares, Camila enfrentó el prejuicio social que conlleva dedicarse a esta industria. “Recibí mucho rechazo, pero para mí fue algo positivo, porque esa es la gente que yo no quiero en mi vida. Al principio me dolió; hay personas que, de verdad, me rompieron el corazón con su desprecio”, confiesa.

Sin embargo, este proceso le permitió desarrollar un carácter más fuerte y valorar su libertad. “Tuve que ser valiente. Y exponerme a que la gente hablara cosas. Eso forjó en mí un carácter y, a la vez, me dio libertad”, asegura.