Daniela Colett, exesposa del futbolista chileno Eduardo Vargas, ha compartido recientemente detalles sobre su proceso de sanación y crecimiento personal tras su divorcio. La brasileña, de 33 años, reveló que esta separación fue uno de los momentos más difíciles de su vida, pero que la ayudó a encontrarse a sí misma y a fortalecer su autoestima.
El impacto del divorcio con Eduardo Vargas en la vida de Daniela Colett
Después de cuatro años de matrimonio y tres hijos en común (de 9, 7 y 5 años), Daniela Colett decidió separarse de Eduardo Vargas. “En el tiempo en que estuve casada no tenía una buena autoestima. Me molestaba mirarme al espejo”, confesó a LUN, quien explicó que la presión de mantener la relación afectó su bienestar emocional. “Me vino como una depresión, estaba agotada de luchar por sostener la relación”, agregó en una entrevista.
La separación no fue fácil, especialmente por la distancia entre ella y Vargas, quien solo ve a sus hijos una vez al mes. “No me casé para divorciarme”, admitió Daniela, quien expresó su preocupación por el futuro tras la ruptura. Sin embargo, esta experiencia la impulsó a hacer cambios profundos en su vida.
La transformación personal de Daniela tras el divorcio
Tras mudarse a Porto Alegre, donde vive cerca de sus padres, Daniela comenzó a enfocarse en su salud física y mental. “Empecé a entrenar, a comer mejor, a tomar agua. En el proceso de mi divorcio fue muy importante para mí el ejercicio, me ayudó a sanar y a sacar la mejor versión de mí misma”, compartió. Este enfoque en su bienestar le permitió recuperar su autoestima y sentirse en control de su vida.
Hoy, Daniela se siente orgullosa de la mujer en la que se ha convertido: “Me miro al espejo y sé quién soy; me gusta la Daniela en que me volví, lo que estoy viviendo. Estoy en mi mejor momento”.
¿Qué pasó con el amor?
Aunque Daniela tuvo una relación importante después de su divorcio con Giovanni do Pico, no está enfocada en encontrar una nueva pareja. “Creo que es difícil encontrar una pareja: tengo tres niños. Pero no estoy enfocada en eso, porque siento que cuando me enamoro, desperdicio esa energía”, comentó. En lugar de buscar el amor, Daniela está enfocada en su crecimiento personal y profesional.