Kovu, el perrito que se coló en el estudio del "Buenos días a todos" y que adoptó momentáneamente María Luisa Godoy, recorrió nada más y nada menos que ocho kilómetros desde que se perdió en su casa ubicada en San Joaquín.
El can, que irrumpió en el matinal el pasado viernes, desató la ternura en la animadora y lo llevó a su casa, bautizándolo como "Delta". A pesar de la felicidad de sus hijas por el nuevo integrante, la periodista tuvo que devolverlo a sus dueños, quienes reconocieron algunas fotografías del animal.
Clara López (15), la dueña del perro detalló a Las Últimas Noticias que en marzo de este año lo adoptó en Quintero, donde se encontraba vacacionando. La joven paseaba a la mascota para que no se estresara por el ambiente de la ciudad y porque sus otros perros no lo aceptaron muy bien.
Kovu también recorría solo las calles aledañas a su hogar y regresaba; sin embargo, el pasado martes no llegó a casa y la familia inició una búsqueda que no tuvo muy buenos resultados, ya que se alejó bastante. Y es que fueron ocho kilómetros los que recorrió precisamente la mascota, desde Mateo y Toro Zambrano en San Joaquín hasta TVN, ubicado en Providencia.
María Luisa Godoy se despidió de Kovu
Este domingo, Kovu regresó a su hogar. Todo, gracias a que el abuelo de Clara López vio en el diario una foto del perrito, que se creía callejero, y que fue adoptado por María Luisa Godoy. "Mi abuelo insistía en que se parecía mucho al mío. Le mostré la imagen a mis papás y también opinaron lo mismo. Luego contacté a la animadora por Instagram, porque reconocí sus patas", contó.
La animadora vio el mensaje de la joven y, mientras coordinaba devolver al can a su dueña el domingo, en sus redes sociales compartía un tierno video de sus hijas, regaloneando a Kovu en su última noche con la familia.
María Luisa Godoy contó a LUN que el sábado llevó a Kovu al veterinario, lo desparasitó, lo bañó, le compró un collar y una correa. "Pensaba que era un quiltro sin dueño y cuando lo traje les dije a mis hijas que teníamos perro nuevo, pero que podía aparecer su amo. Y pasó, la dueña del perro me dejó su teléfono por Instagram y la llamé. Me envió fotos del perro y me describió que obedecía ciertas órdenes: le decíamos sit y se sentaba o mano y te la daba", detalló.