Cristián Arriagada, viudo de Javiera Suárez, entregó detalles del especial libro "Historia de un milagro. Cartas a Pedro" que escribió en cuarentena, en honor a su esposa fallecida y a su hijo, Pedro.
El cirujano plástico detalló a Revista Ya que el libro contiene una serie de cartas para su hijo, Pedro Milagros, quien tiene cuatro años. El objetivo es que él las lea en su adolescencia y conozca detalles de la relación de sus padres, el cáncer que afectó a la periodista, su muerte y las reflexiones de él; algo que le servirá al retoño.
"Escribir algo como esto te obliga a sentarte y pensar. Te metes y es muy heavy, lo pasas mal al mismo tiempo, pero ese dolor que es rico poder soltarlo", explicó.
Fue la editorial Planeta que le ofreció en plasmar la historia. En parte, decidió a aceptar el proyecto ahora, ya que con el correr del tiempo, los recuerdos van "perdiendo intensidad".
"Todo se va haciendo más borroso. Yo soy malo para las fechas, saber qué venía antes y qué después. El contacto con las emociones es súper fuerte, y más que olvidar, vas perdiendo lo más vivencial. Es poco probable que uno se olvide de las cosas que pasamos, pero sin duda que se van aplanando, perdiendo intensidad, sobre todo en los matices", contó.
Cristián Arriagada explicó cómo ha mantenido vivo el recuerdo de Javiera Suárez
Para el cirujano, "Historia de un milagro. Cartas a Pedro" es una manera de agradecer a las personas que los apoyaron en este difícil proceso y de hacerlos partícipes de su presente.
"Uno diría que la vida acaba con la muerte, pero ahora acá hay un niño y estoy yo, y somos el fruto de esa lucha. Creo que es importante, de alguna manera, mostrar eso. Además, siento responsabilidad de continuar el mensaje de Javiera. Lo que ella produjo en términos de conciencia de la muerte, el cáncer, la enfermedad, es algo súper valioso", señaló.
Javiera Suárez no hizo planes para la muerte -según explicó-, como preparar videos o textos para su hijo. Es por esto que este libro es tan importante para él y su hijo, habiendo cosas que quedarán en reserva para que él pueda contárselas personalmente a su retoño cuando crezca.
Si bien, tras su duelo ha tenido altos y bajos, el ejercicio de escribir todas las vivencias ha sido sanador. "Todos los días son un poco distintos y sólo con el ejercicio de escribir esto, ves que hay cosas que superaste y otras que no. Lo que me ha pasado ahora es que, después de la adrenalina de escribir y editar el libro, estoy aprendiendo a convivir con el vacío que significa. Este vacío que cuesta aceptar o entender que no se va a llenar nomás", sentenció.