Metallica finalmente pudo realizar su concierto en Chile tras más de dos años de espera por la pandemia. La jornada estuvo marcada por una serie de dificultades logísticas que mantuvieron en vilo la realización del show hasta las últimas semanas.
Luego que el Estadio Nacional le cerrara las puertas al desembarco de la banda norteamericana tras los dichos de la ministra del Deporte, Alexandra Benado, a La Tercera asegurando que el reducto ñuñoíno "no está en condiciones de recibir megaeventos de lo que sea", DG Medios debió maniobrar rápido y, en definitiva, confirmó que el Club Hípico sería el lugar de la nueva cita con la agrupación.
No obstante, la situación no fue lo que los asistentes esperaban y terminó con una serie de incidentes, reclamos y una organización que quedó al debe desde el ingreso a las distintas localidades hasta la salida de los más de 60 mil personas que tomaron rumbo al centro hípico nacional.
Intentos de avalanchas y confusión en las horas previas a la salida de Metallica
Según pudo constatar TiempoX, que asistió al concierto de la agrupación liderada por James Hetfield, a pocos minutos que iniciara el espectáculo, todavía habían cientos de fanáticos que no podían entrar a su sitio debido a las confusas y reducidas entradas de acceso, que contó con una serie de intentos de "avalanchas" humanas que causaron el pánico y desesperación de cientos de asistentes que veía esto como opción para ver el espectáculo.
Luego de sortear esta odisea, lograr entrar al sector de Galería y Cancha General no era tarea fácil por las malas condiciones del terreno, en la cual el lodo y los charcos de agua brillaban por su presencia.
Finalmente, tras una espera de 40 minutos más lo que estaba planificado, pasada las 21:40 horas específicamente, Metallica se hizo presente con tres de sus cuatro miembros más emblemáticos a la cabeza.
El show de Metallica en Chile
Todo comenzó con la clásica introducción de "The Ecstasy of Gold", el incombustible clásico de Ennio Morricone acompañada con la cinemática del filme "El Bueno, el Malo y el Feo". Después, Lars Ulrich apareció sobre el escenario para entonar "Whiplash", desatando la locura en todo el público que alcanzó a entrar al Club Hípico.
Tras esto, la banda continuó con emblemáticos éxitos de su longeva carrera musical, despachando "Ride the Lightning", "The Memory Remains" y "Seek and Destroy".
La noche avanzaba y éxitos como "One", "Unforgiven", "For Whom The Bell Tolls" y "Master of Puppets", lograban convencer a todos los asistentes que veía cómo los casi de 40 años de carrera musical se reflejaba en los parlantes del recinto santiaguino.
Ya para el cierre, "Nothing Else Matters" y "Enter Sandman" cerraron las 16 canciones que concluyeron con un espectáculo que bordeó las dos horas y que dejó, como única espina clavada en el corazón de los fanáticos, la no entonación de "Fade to Black".
Caos en la salida del Club Hípico
Finalmente, cerca de las 00:00 horas, todas las almas que repletaron de sobremanera las localidades del Club Hípico intentaron salir del recinto con inmensas dificultades por el estado del terreno. La gran cantidad de barro complicó el acceso expedito a las mal señaladas puertas de salida.
Mucho público debió tomar atajos y otros escapes a costa de embarrarse toda la ropa para poder salir de un concierto que dio sensaciones de estar sobrepoblado.
El reflejo de esta situación fueron los constantes reclamos de los asistentes a la productora DG medios, enumerando diversos epítetos y críticas contra la organización del mismo evento. "DG medios cul...", gritó un fanático que estaba traspasando el lodo para lograr salir a la calle
Finalmente, tras un muy lento desalojo, el público logró abandonar el Club Hípico para llegar a sus casas con el recuerdo de un gran concierto pero que dejó serías dudas en términos de una coordinación mínima para disfrutar de un espectáculo de esta envergadura.