Un juez federal ha determinado que los espectadores de la serie ”Bebé Reno” pueden interpretarla como una “historia real”, lo que ha permitido que la demanda por difamación presentada por Fiona Harvey contra Netflix y el creador del programa, Richard Gadd, siga adelante.
La decisión del juez Gary Klausner se basó en el análisis del primer episodio de la serie, donde se afirma claramente que “esta es una historia real”. Esto llevó al tribunal a rechazar el argumento de Netflix de que el programa era ficticio en muchos de sus detalles.
Harvey alega que la representación del personaje Martha, una acosadora obsesiva en la serie, es difamatoria y perjudicial, ya que supuestamente está basada en sus encuentros con Gadd entre 2014 y 2017.
El trasfondo de la demanda contra Netflix y “Bebé Reno”
Fiona Harvey presentó su demanda por más de 170 millones de dólares en junio de 2024, alegando que fue acosada tras la emisión de “Bebé Reno”. En el programa, se describe a Martha como una acosadora que comete actos inapropiados y hasta violentos, lo que Harvey niega categóricamente.
Richard Gadd ha defendido la veracidad emocional del programa, asegurando que, aunque algunos eventos fueron ligeramente modificados, la historia refleja su experiencia real de haber sido acosado.
Netflix había solicitado desestimar el caso, argumentando que el programa incluía “elementos cinematográficos” que una persona razonable no entendería como hechos literales. Sin embargo, el juez Klausner rechazó esta defensa, subrayando que el mensaje al inicio del programa invita a la audiencia a aceptar los eventos como verídicos.
En documentos presentados ante el tribunal, Gadd asegura que Harvey lo acosó durante varios años, enviándole miles de correos y mensajes inapropiados. Por su parte, Harvey ha negado todas las acusaciones, argumentando que su imagen ha sido dañada injustamente por el programa.
Con el juicio en marcha, el caso continúa generando atención mediática, pues pone en debate hasta qué punto las producciones basadas en hechos reales pueden alterar o exagerar las historias sin consecuencias legales.