“Bandida: la número uno” ha causado sensación en Netflix, y su impactante final ha dejado a muchos espectadores pensando. Dirigida por João Wainer, la película se basa en la vida real de Raquel de Oliveira, la primera mujer que tomó el control del narcotráfico en la favela de Rocinha en los años 80.
La historia sigue a Rebeca, vendida de niña al jefe de la favela por su propia abuela. Con el paso del tiempo, la vida de Rebeca da un giro dramático cuando asume el poder tras la muerte de su compañero, el líder de los traficantes. Así comienza su ascenso en el violento mundo del crimen organizado.
El final explicado de “Bandida: la número uno”
Hacia el final de la película, Rebeca planea vengar la muerte de Pará, su compañero, atrayendo a sus rivales a una trampa mortal. Ella les ofrece cocaína pura a un precio irresistible, sabiendo que responderán con violencia. Su plan funciona y elimina a la mayoría de sus enemigos.
Sin embargo, su victoria no es duradera. Saurio, su principal rival, ha establecido conexiones con la policía corrupta, y durante la redada, Rebeca es gravemente herida. La película sugiere que su vínculo con la deidad Oxum Opará la protege, pero su destino queda incierto.
El final es deliberadamente ambiguo. Aunque algunos creen que Rebeca no sobrevive, el filme deja abierta la posibilidad. Esto crea un contraste con la vida real, ya que Raquel de Oliveira sigue viva, lo que añade un toque de reflexión al desenlace.
Al final, “Bandida: la número uno” no solo cuenta la historia de una mujer fuerte en un mundo de hombres, sino que también explora la lucha de los oprimidos frente a la violencia y la traición.