“Los colores del mal: rojo” es una película polaca que ha capturado la atención de los espectadores en varios países, convirtiéndose en una de las más vistas en Netflix. Este thriller sigue al fiscal Leopold Bilski en su primer gran caso, lleno de giros inesperados que pueden confundir al espectador. A continuación, te explicamos el final de esta intrigante película.
Final explicado de “Los colores del mal: rojo”, de Netflix
Desde el inicio, Bilski sospecha que hay más detrás del crimen que un simple psicópata. A pesar de la presión de sus superiores para cerrar el caso rápidamente, él decide investigar más a fondo.
El principal sospechoso es Jakubiak, quien fue condenado por un crimen similar hace 15 años. Tras ser liberado, vuelve a estar bajo sospecha cuando Monika es asesinada de manera similar. Jakubiak mantiene su inocencia y, en un trágico giro, se suicida durante un interrogatorio, convenciendo a Bilski de seguir investigando.
Pistas en el Shipyard Club
Antes de morir, Jakubiak menciona el Shipyard Club, donde Monika trabajaba. Bilski descubre que el club es propiedad de Kazarski Lukasz, un gánster conocido. La investigación revela que Monika estaba siendo intimidada por Kazarski, complicando aún más el caso.
La red de corrupción
El fiscal se enfrenta a una red de corrupción que incluye a miembros de la policía y figuras del crimen organizado. Un momento crucial es cuando Helena, la madre de Monika, intenta recabar pruebas en el Shipyard Club y es drogada. Esto lleva a Bilski a sospechar aún más de Kazarski y su entorno.
La verdad detrás del asesinato de Monika
La investigación da un giro inesperado cuando Bilski descubre una pulsera hecha de piel humana entre las pertenencias de Kazarski, vinculándolo a un asesinato anterior. Aunque Kazarski confiesa varios crímenes, niega haber matado a Monika.
La verdad finalmente sale a la luz: Mario, un amigo de Monika, la mató accidentalmente durante una discusión. En un ataque de ira, Mario golpea a Monika, causando su muerte. Su padre, Tadeusz Dubiela, ayuda a encubrir el crimen. El fiscal Bilski cierra el caso con un sentido de justicia, abrazando a su hija, también llamada Monika, en un gesto que simboliza su compromiso con la verdad.