Hace cinco años, el legendario cantante Camilo Sesto falleció a causa de un fallo renal, dejando una herencia considerable a su única hija, Sheila Devil. Desde entonces, Sheila ha atravesado una serie de dificultades personales que han captado la atención tanto de su círculo cercano como de los medios españoles.
Preocupación por Sheila Devil: La hija y única heredera de Camilo Sesto
Sheila Devil, quien ha compartido públicamente su proceso de transición en redes sociales como Instagram, ha luchado con una fuerte depresión que se agravó tras la muerte de su padre. Su madre, Lourdes Ornelas, ha expresado su profunda preocupación. En una entrevista con el medio español “La Razón”, Ornelas comentó:
“Estoy agotada, esto es muy duro, muy triste, pero, bueno, es mi hijo, tengo que seguir y nunca dejaré de luchar para que cambie para bien. Espero que algún día pueda decir que Sheila se ha recuperado.”
La situación de Sheila Devil ha sido ampliamente discutida en los medios debido a sus problemas con las drogas y las malas influencias que la rodean. Según el periodista español Adrián Pérez, los problemas de adicción comenzaron poco después del fallecimiento de Camilo Sesto. Pérez detalló que:
“Ornelas está desesperada porque los camellos se aprovechan de Sheila. Entran en su casa y la fuerzan a sacar dinero del banco para pagarles por las drogas.”
Una Herencia de Millones
Tras la muerte de Camilo Sesto, Sheila Devil recibió una herencia millonaria. De acuerdo con el diario “El Mundo”, Sesto dejó activos financieros por un valor superior a los 2 millones de euros.
Sin embargo, esa cifra podría ser incluso mayor. Además de la fortuna monetaria, Sheila heredó la mansión de Torrelodones y otra propiedad en La Chopera. Los derechos de autor de las canciones de su padre generan unos 200.000 euros anuales, lo que incrementa aún más su patrimonio.
El deterioro de la salud de Sheila Devil también ha sido objeto de atención mediática. En 2023, según la periodista Andrea del Pino, del diario “El Mundo”, comenzaron a surgir preocupaciones por su aspecto físico.
“Al principio, su transición parecía una broma, se ponía pelucas y hacía cosas extrañas. La gente no sabía si lo hacía en serio o si estaba lidiando con una crisis mental.”
Con el tiempo, la prensa empezó a notar un marcado deterioro, lo que llevó a que los medios dejaran de acosarla debido a la gravedad de su situación. Las imágenes de su hogar en redes sociales mostraban un entorno caótico, reflejo de su estado emocional.