El 1 de julio de 1997, la Princesa Diana celebró su 36 cumpleaños en una gala espectacular en honor al centenario de la Tate Gallery de Londres.
Vestida con un deslumbrante traje negro adornado con cuentas, un regalo especial de su amigo, el diseñador Jacques Azagury, Diana irradiaba gracia y estilo, complementando su atuendo con una llamativa gargantilla y pendientes a juego, resplandecientes con piedras verdes.
Así fue el último cumpleaños de la princesa Diana
Diana, conocida como “La Princesa del Pueblo”, dejó en claro por qué era amada por tantos. Afuera del evento, se tomó el tiempo para saludar a sus admiradores, quienes la colmaron de regalos, incluyendo tarjetas, flores y un pequeño globo rosa con la imagen de un tierno oso de dibujos animados.
Según su hermano, Charles Spencer, Diana tenía un don especial para hacer que todos, desde los más importantes hasta los más humildes, se sintieran cómodos en su presencia.
Compromiso humanitario y legado de la princesa Diana
El último verano de la princesa Diana fue notable por su dedicación incansable a causas humanitarias. Desde un emotivo discurso en una gala de la Cruz Roja en Estados Unidos hasta su trabajo en Bosnia con la Campaña contra las Minas Terrestres, Diana demostró su compromiso inquebrantable con el servicio público.
Trágicamente, la vida de Diana fue interrumpida en agosto de 1997, cuando ella y su compañero, Dodi Al Fayed, perdieron la vida en un accidente automovilístico en París.
A pesar de su prematuro final, el legado de Diana perdura en sus hijos, el Príncipe Guillermo y el Príncipe Harry, quienes continúan honrando su memoria a través de su propio servicio y dedicación a causas benéficas.