"Se sentía exhausta": Revelan que la Reina Isabel II sabía que el tiempo que le quedaba era limitado

Lo reveló Gyles Brandreth en su próximo libro "Elizabeth: An Intimate Portrait".

Los últimos días de la Reina Isabel II se están revelando con un nuevo libro. En un extracto publicado por Daily Mail del próximo libro del escritor real Gyles Brandreth, "Elizabeth: An Intimate Portrait", escribe que la difunta monarca hizo las paces con su muerte mientras documentaba la visita del reverendo Dr. Iain Greenshields a Balmoral el fin de semana antes de que muriera.

"La verdad es que Su Majestad siempre supo que el tiempo que le quedaba era limitado. Aceptó esto con toda la gracia que cabría esperar. 'Su fe lo era todo para ella. Me dijo que no se arrepentía', dijo el Dr. Greenshields, refiriéndose al último fin de semana que pasó con ella en Balmoral", escribió Brandreth.

Gyles Brandreth también escribió sobre los rumores de que Su Majestad tenía una forma rara de mieloma, un cáncer de médula ósea, "lo que explicaría su cansancio y pérdida de peso y esos 'problemas de movilidad' de los que nos hablaron a menudo durante el último año de su vida", mencionó.

La causa de la muerte de la Reina Isabel II fue su vejez

Él explica que no sorprende que su causa de muerte fuera "vejez", ya que esa es la causa comúnmente mencionada "cuando un paciente tiene más de 80 años y su médico lo ha atendido a lo largo del tiempo y ha visto su declive gradual". El Dr. Douglas James Allan Glass, quien trabajó con la Reina durante más de 30 años y estuvo con ella en el momento de su muerte, dijo que su muerte "era esperada y estábamos muy conscientes de lo que iba a suceder".

Según el libro de Gyles Brandreth, la Reina Isabel comenzó a mostrar un "repentino 'bajo nivel de energía'" y "se sintió exhausta" en otoño de 2021, ya que los médicos le ordenaron "descansar un poco, no esforzarse tanto, tomárselo con calma". Posteriormente canceló varias apariciones.

La Reina Isabel II murió a los 96 años en septiembre en el castillo de Balmoral en Escocia. El Palacio de Buckingham anunció previamente que la Reina estaba "bajo supervisión médica" y que los médicos estaban "preocupados" por su salud, ya que los miembros de la Familia Real corrieron a su lado en Balmoral.

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