Chile vendió cara su derrota (una vez más) ante Brasil. Como en ocasiones anteriores, el cuadro nacional jugó un más que correcto partido ante el Scratch, pero nuevamente fueron los dueños de casa los que se quedaron con el paso a las semifinales de la Copa América, aunque sufriendo, pidiendo la hora y con la sensación de que a ratos, fue superado por La Roja.
Si muchos, en la previa esperaban al cuadro nacional planteando un partido conservador, la sorpresa fue grande, cuando en los primeros minutos empezó a demostrar que se iba a parar de igual a igual. Los nacionales empezaron a neutralizar al gran candidato, gracias a un gran nivel que Erick Pulgar y Charles Aránguiz que se comieron el mediocampo. Los tres de atrás: Medel, Sierralta y Vegas, no pasaban sobresaltos.
Y ya a los 18' Chile se creó la primera. Un gran pase de Alexis Sánchez, dejó solo a Eduardo Vargas, quien definió por encima de Ederson, en una clara chance que, sin embargo, estaba invalidada por posición de adelanto de un muy prendido "Turboman". La escuadra de Martín Lasarte jugaba tranquila.
Recién a los 21' se acercó Brasil, tímidamente, pero nada que inquietara de gran manera a Claudio Bravo. Por su parte, los bicampeones de América seguían inquietando, y nuevamente "Edu" estuvo cerca con un remate cruzado a la entrada del área, que fue enviado al córner por el arquero del Manchester City. Sobre el final de la primera etapa, el "Scratch" mostró un poco en ofensiva con gran remate de Gabriel Jesús, quien se encontró con un notable Bravo.
Gol de camarín, expulsión y a jugarse la vida
Las buenas sensaciones de Chile, abrían la esperanza para el segundo tiempo. Pero contra la "Verdeamarela" siempre pasa algo y el golpe letal llegó en la única desaplicación del fondo, una jugada, incluso con cierto infortunio. A los 46', una pared entre Neymar y el recién ingresado Lucas Paquetá fue interceptada por Vegas, quien en su intento de rechazar, dejó el balón servido para el volante de Lyon, quien fusiló al capitán chileno, que nada pudo hacer.
El gol estremeció a todos. Ni uno de los 17 millones de chilenos pudo resistir las ganas de romper todo en ese momento. Pero rápido volvió la esperanza, porque dos minutos más tarde sería expulsado Gabriel Jesús por una criminal patada en el rostro de Eugenio Mena.
Los nacionales supieron aprovechar el hombre de más y se fueron encima del arco rival. A los 62', todo Chile gritaba el anhelado gol del empate, obra de Vargas. Pero, una vez más, siempre pasa algo. Esta vez, Pulgar estaba adelantado y hubo que devolver el grito.
Lasarte dispuso cambios ofensivos. Sacó a Vegas y Pulgar para disponer el ingreso de Meneses y Palacios. Antes, en el entretiempo, un notoriamente disminuido Alexis Sánchez (su ingreso terminó siendo un riesgo) fue reemplazado por Ben Brereteon. Los tres le dieron nuevos aires al ataque.
Salvo una clara opción de un anulado Neymar, nuevamente conjurada por Bravo, Brasil no tuvo nada. Por el contrario, a los 69', el nacido en Inglaterra estrelló un cabezazo en el poste (¿cómo olvidar el palo de Pinilla?) y en los 77' un tiro a la altura del punto penal de Meneses, fue enviado al lanzamiento de esquina por el meta local.
Pasaron los minutos con un Brasil que empezó a caerse cada vez que pudo al suelo, a pedir tiempo y con un Chile con una entrega encomiable. Ya lo futbolístico quedaba en segundo plano. Aránguiz emocionaba con su despliegue, Vidal con sus ganas pese a sus problemas físicos, Medel con su empuje. Pero no alcanzó. Otra vez, no alcanzó.
Y esta vez duele tanto como hace siete años, cuando también se tuvo a los pentacampeones de rodilla. La historia, sencillamente no quiere que este gran grupo de jugadores pueda dar el golpe ante Brasil. ¿Habrá sido la última oportunidad, el último baile de los campeones del 2015 y 2016?. Solo el tiempo dirá.