La Roja perdió por 1-0 en un polémico encuentro ante Argentina. Una vez finalizado el primer tiempo, un tumulto de jugadores argentinos fueron a reclamarle al juez Andrés Matonte, mientras que los chilenos iban rumbo al vestuario.
Esta actitud molestó a Ricardo Gareca, que le pedía a sus pupilos que fuesen directo al uruguayo para manifestar su descontento, más aún teniendo en cuenta un posible penal no cobrado. “Fíjate que todos los jugadores le hablan al árbitro”, expresó el Tigre a uno de sus cercanos.