Matías Fernández Cordero debió aclarar varias veces en el comienzo de su carrera que no tenía ninguna relación con el histórico jugador formado en Colo Colo y que dejó huella en el fútbol chileno. Tampoco compartían mucho respecto a su forma de jugar, ya que mientras el “14″ era un volante creativo fenomenal, el porteño se caracterizaba por la velocidad e ida y vuelta por la banda derecha.
Los primeros pasos los dio en Santiago Wanderers, cuadro del que es hincha absoluto y lo demuestra cada vez que puede en sus redes sociales, donde suele lucir indumentaria del Decano en sus entrenamientos o actividades libres. Pero en el equipo de Valparaíso convivió con todas las emociones posibles.
El volante, actualmente figura en Independiente del Valle, puede decir que es campeón tres veces con los porteños, algo que no muchos jugadores caturros pueden ontar. Fue genio y figura en el equipo Sub 19 que se coronó en el Clausura del 2013, además, cuatro años más tarde ganaría la Copa Chile y en 2019, consiguió el ascenso a Primera División en un accidentado torneo que fue interrumpido por el Estallido Social.
Ese es el lado lindo de la historia, pero también hubo episodios tristes, pese a que el 2016, cuando explotó en el primer equipo de la mano del técnico uruguayo Alfredo Arias quien le dio la confianza paa adueñarse de la banda derecha del equipo verde, era considerado como una de las grandes promesas del equipo.
Fue mezclando buenas actuaciones con otras menos convincentes, algo normal para un joven de su edad, que daba sus primeros pasos y que se debatía entre ser lateral derecho o extremo. Tuvo goles duros como el descenso a Primera B el mismo año que ganó la Copa Chile o el 2018, cuando los verdes quedaron ad portas de jugar la final por el segundo ascenso ante Cobreloa, cuando cayeron inexplicablemente ante Cobresal.
Si bien es cierto que comenzó un período de mucha irregularidad, pocas veces no estuvo disponible. De hecho, una de sus características es que ha sufrido muy pocas lesiones en su carrera. “Tiene un físico espectacular, se adapta muy bien a diferentes circunstancias y una prueba de ello es que jugando en Ecuador, con alta humedad y altura, ha destacado mucho”, comenta el miembro de un cuerpo técnico que lo dirigió en Santiago Wanderers.
Críticas de los hinchas de Wanderers y pérdida de protagonismo
Pese a esto, fue perdiendo espacio entre los titulares y comenzó a alternar. Tenía partidos buenos, pero después no rendía en el primer campeonato que jugó en Primera B el 2018 y eso hizo que comenzaran las primeras críticas de algún sector de la hinchada.
“La hinchada de Wanderers es muy exigente. Recuerdo que el 2018 el equipo tuvo un muy mal comienzo con Nicolás Córdova en la B, entonces pocos jugadores se salvaban. Los hinchas estábamos todos muy molestos con las campañas que veníamos teniendo, pese a que recién habíamos ganado la Copa Chile. El descenso y la mala campaña en Primera B hicieron que a varios jugadores se los cuestionara...uno de ellos fue Matías Fernández. Reconozco que yo fui uno de los que varias veces lo criticó, porque fallaba mucho en el pase final. Eso sí, es cierto que las condiciones siempre las tuvo y cuando tenía un partido bueno, era demasiado desequilibrante”, comenta Javier, fanático del cuadro porteño.
El 2019, la condición de Matías Fernández no varió mucho, pero tuvo una buena recta final junto con el equipo que era dirigido por Miguel Ramírez. El ascenso fue muy festejado, así como algunas buenas actuaciones del equipo en Primera la temporada siguiente.
Pese a jugar 31 partidos en el 2020, el fin de su contrato hizo que partiera. Wanderers no hizo mucho por retenerlo, pese a que el jugador manifestaba en privado que le hubiera gustado renovar, al menos por una temporada más.
Cosas del destino, Fernández partió a jugar a Unión La Calera, donde tuvo participación en Copa Libertadores, mientras el equipo de sus amores cumplía una de las peores campañas de la historia y se iba a Primera B de manera escandalosa.
El gran cambio de Matías Fernández y una inesperada oportunidad
Quienes conocen de cerca al nuevo convocado a la Selección Chilena para los partidos ante Perú y Venezuela por las Eliminatorias para el Mundial 2026, lo definen como una persona con personalidad atípica para un futbolista promedio. “En vacaciones, casi no descansa. Viene a Chile algunos días y no para, está siempre pendiente del físico, se alimenta bien, es muy sano. Se merece lo que le está pasando”, indica un compañero en las inferiores de Wanderers.
El 2021 y 2022 tuvo un excelente nivel en los “Cementeros” y ahí comenzó su nombre a sonar en el extranjero. Fue una sorpresa cuando recibió el llamado de Independiente del Valle de Ecuador, equipo revelación en Sudamérica.
No dudó mucho y la decisión fue la mejor que pudo tomar. Ganó una Copa y Supercopa de Ecuador, pero sus mayores conquistas han sido a nivel internacional: La Copa Sudamericana del 2022 y la Recopa de este año. En todas las campañas fue titular indiscutido.
Su rendimiento ha sido de tan buen nivel que el medio nacional se extrañaba por la poca consideración que había sobre él en La Roja. Eso hasta que la noche del domingo 8 de octubre una publicación en las redes sociales de la selección, confirmaba la noticia por la que tantos años esperó y por la que tanto se esforzó: era convocado y ante Perú y Venezuela tendrá su gran oportunidad para demostrar de qué está hecho.
Por ahora, su única reacción ha sido en Instagram, donde reaccionó a un reposteo: “Que alegría hermano”, escribió. A veces la vida hace esperar para tener estas alegrías...lo que venga ahora, tal como durante toda su carrera, solo dependerá de lo que muestre en los entrenamientos. Y si le toca, en la cancha.
