Las 11 de la mañana marca el reloj cuando Eduardo Berizzo ordena corregir y ensayar un ejercicio en un frío Juan Pinto Durán. Es el segundo día de trabajo con La Roja Sub-23, y el entrenador le deja claro a sus dirigidos que un buen desempeño allí les otorga grandes posibilidades de llegar a la selección adulta.
Entre reprimendas y lecciones, los halagos del adiestrador de La Roja se centran en un nombre: Maximiliano Guerrero. El delantero de Deportes La Serena cautiva al cuerpo técnico de Berizzo, que festeja los movimientos del jugador: “Así Maxi, muy bien, esa es la intención”, grita el entrenador.
Tras la práctica el argentino confiesa que, efectivamente, Guerrero se ha transformado en una de las grandes sorpresas de este microciclo en Quilín, principalmente porque demuestra poseer las características que más buscan en la banca nacional: intensidad y técnica.
Guerrero, de 23 años, sobresale por sus ganas, las cuales ratifica a la hora de decidir, ganando duelos y siendo decisivo en tres cuartos de cancha. En La Roja, e incluso en el fútbol chileno, no hay muchos jugadores con sus características, pues se desempeña de buena forma por los costados, pero tampoco le hace el quite al juego interior. Es más, durante varios pasajes de su promisoria carrera fue volante.
Los inicios del proyecto serenense
El extremo surgió en Deportes La Serena, su ciudad natal, pero a los 16 años se desplazó hasta Santiago para formar parte de la cantera de Universidad de Chile. En los azules tuvo momentos de brillantez, que lo llevaron a ser considerado por Hernán Caputto para el Mundial Sub-17 de 2017.
Sin embargo, y pese a la experiencia mundialera, nunca vio minutos en el plantel adulto, por lo que tuvo que volver a préstamo a La Serena y luego a Rangers. En La Cisterna, no fue contemplado, por lo que quedó en libertad de acción y retornó a los granates, aunque Universidad de Chile sigue con parte del pase del jugador en su poder.
En los “Papayeros” poco a poco se fue ganando un lugar hasta que ahora se convirtió en una de las figuras de uno de los líderes en la Primera B. Este año, Guerrero registra 3 goles y 4 asistencias en 12 partidos, las que han servido para que toda la ciudad esté ilusionada con el ascenso.
En declaraciones facilitadas por La Roja, el jugador confesó cómo se siente en este momento de su carrera. “Me lo tomo de buena forma. Me preparé para este momento, entrenando al máximo, y haciéndolo de la mejor manera en los partidos para ganarme esta oportunidad. En La Serena me he sentido muy bien, muy cómodo y ganando confianza”, sostuvo.
Ahora, Guerrero deberá seguir trabajando en busca de sus objetivos. El primero, seguir subiendo en la consideración de Eduardo Berizzo para soñar con un puesto en La Roja adulta o los Juegos Panamericanos, lo segundo, es retornar a La Serena y conseguir el ascenso a Primera División.