Meteórico. No hay otra palabra para describir el ascenso de Luis Mena en el Fútbol Femenino de Chile. Se hizo cargo del primer equipo de Colo Colo en 2021, salió campeón en 2022 y este año asume el gran desafío de la Selección Chilena. En apenas tres años, el multicampeón pasó del anonimato total en las lides del Futfem a comandar a La Roja.
Ha sido un camino vertiginoso y que comenzó, tal como describe el propio Mena, como un trabajo de emergencia programado solamente para tres semanas. El ex defensor estaba bien perfilado en la Sub 18 masculina de los albos, serie en la que se desempeñaba, pero el club lo necesitó en otra faceta.
En una extensa conversación exclusiva con En Cancha, el nuevo DT de Chile recordó la manera en que llegó al Fútbol Femenino albo. “Era un momento en que estábamos complicados como club. El Fútbol Femenino había sacado a todo el cuerpo técnico encabezado por Vanessa Arauz, mientras yo trabajaba en la sub 18 masculina. El primer equipo masculino, a su vez, estaba peleando el descenso… Se presenta entonces el partido por Chile 2 de Copa Libertadores contra Universidad de Chile. Harold Mayne-Nicholls, vicepresidente ejecutivo de la época, pide que sea yo, por tema de nombre y por mi trabajo en el formativo, por tres semanas, quien esté para jugar el Chile 2. Eran tres semanas y yo volvía a tomar mis labores”.
-Un desafío desconocido para usted, que siempre se había desenvuelto en ambientes del fútbol jugado por hombres…
-Cuando me lo preguntan, lo encontré un desafío muy interesante. Uno llega con aprehensiones, porque más allá de conocer a las jugadoras y un recuerdo muy fresco de un partido con Universidad Católica que terminó 1-1, tenía ese pensamiento de ‘Chuta, me voy a integrar a un camarín de mujeres, no conozco cómo se trabaja en la interna’. Me asesoré con mucha gente que había trabajado con mujeres. Los llamaba y les preguntaba qué tal. Me decían que me iba a enamorar del fútbol femenino”.
-¿Y con qué se encontró al llegar a su primera práctica con el Futfem?
-Yo venía de dirigir muy buenas categorías en el formativo. Tuve la 2002, con Vicente Pizarro, Alexander Oroz, Bruno Gutiérrez. También la 2003, de Johan Cruz, Daniel Gutiérrez. El primer día me encuentro con un grupo de jugadoras muy interesante, más allá de las calidades tácticas o técnicas específicas. Tenían muchas ganas de aprender, de entrenar, de salir adelante. Ellas veían que Colo Colo estaba en un estado de adormecimiento desde hacía algún tiempo, de cinco o seis años de no conseguir nada. Desde 2017 que no se conseguía nada. Ellas vieron en mí un posible escape, porque yo venía de hacer buenas campañas en el fútbol joven y tenía también buenos antecedentes de relaciones humanas. Eso dio en el clavo.
-¿Solo por tres semanas? ¿No tenía en sus planes algo más prolongado?
-En esas tres semanas lo pasé muy bien, porque estábamos solos en el Estadio. Entrenaban solo los primeros equipos masculino y femenino, nadie más porque estaba todo cerrado por la pandemia. Teníamos permiso gubernamental. Tres semanas entrenando a full, preparando el partido, yo conociéndolas a ellas y ellas a mí. Llegó el Chile 2, tuvimos un primer tiempo muy malo y un segundo bastante bueno. Terminamos perdiendo 2-1 ese partido. Estábamos afuera con el cuerpo técnico y la gente de la dirigencia, cuando me llaman las jugadoras al camarín. Me sientan ahí y no me hablan a mí, sino a los dirigentes. Se para la capitana, que era Gisela Pino, apoyada por el resto de las jugadoras, y les dice que pese al resultado negativo, si es que existía la posibilidad de que yo me quedara con ellas...
-El Fútbol Femenino, por lo general es bastante celoso respecto de las personas que entran al medio. ¿Cómo se ganó el corazón de las jugadoras en tan poco tiempo?
-Quedé muy sorprendido. Una de las cosas que me llamó la atención del fútbol femenino es que me decían que las jugadoras eran muy abiertas a pedir o, derechamente, si es que no les gustaba alguien, ellas luchaban para sacarlo. En el fútbol masculino eso no se ve tanto. Cuando me solicitaron seguir, lo sentí como un gesto muy noble de parte de ellas. No me comprometí con ellas, sino que les dije que lo iba a pensar. Pero llegó un momento en que me senté con Harold y él me dijo ‘sigues o no sigues’… Y seguí.
Los anhelos de igualdad de Luis Mena
Empoderado como entrenador del primer equipo femenino de Colo Colo, Luis Mena se hizo partícipe de inmediato en el crecimiento de una rama que hacía cinco años deambulaba sin mayor ambición por el Campeonato Femenino.
Tras el título del Clausura 2017, las Albas no habían vuelto a levantar la Copa. Vieron el surgimiento de Santiago Morning como la fuerza imbatible del Futfem Nacional y también cómo la U daba el paso adelante para potenciar su rama femenina y convertirse en contendor.
Mena asumió las ansias de crecimiento de las jugadoras como una batalla propia. “Viví 20 años en el fútbol profesional, con momentos muy buenos y otros muy malos, y eso uno lo pone en el contexto de ellas. Siempre me quedo con lo que me dijo una jugadora: profe, yo llevo 18 jugando fútbol profesional, pero solamente hace tres que soy profesional… O sea, jugaste 15 años por amor al arte. Eso me motivó también a seguir: darles herramientas a nuestras jugadoras, no solo en el plano deportivo, sino también en el plano humano, más allá de un título. Yo hoy salgo de Colo Colo siendo campeón, pudiendo jugar Copa Libertadores; eso para mí es importante, pero más aún es que todas las jugadoras tengan contratos, que entrenamos en las mañanas, que fue una pelea grande que tuve, solo en canchas de pasto para evitar lesiones, un camarín exclusivo, hay ayudas económicas a las niñas más chicas”…
-Justamente, sobre la Ley de Contratos Profesionales que ahora rige en el fútbol femenino chileno, ¿No había quizás que empezar al revés? ¿Establecer primero los cimientos de la actividad y luego pensar en los contratos?
-La Ley (21.436) era un paso muy importante que había que dar, pero para mí ser profesional no es solo firmar un contrato, sino entregarles a las jugadoras las herramientas por parte de los clubes. Hay clubes que todavía juegan en las canchas de entrenamiento, que no les pasan ropa a las jugadoras, que practican a las 8 de la tarde. Hasta hace muy poco, los equipos no empezaban la pretemporada porque no había financiamiento. Al final, partió todo como al revés. Está bien: hoy el 50%, luego el 75% y al final el 100%, pero en tres años también debemos entregarles las mejores herramientas. Es un llamado de atención a los clubes y a todas las partes que componen el fútbol femenino: hay que ponerse la mano al bolsillo y entregar todo lo que esté a nuestro alcance para nuestras jugadoras, para que puedan crecer y formarse de la mejor manera.
-De sus palabras se desprende que usted ve al fútbol femenino como una actividad con un trasfondo social importante…
-Eso es lo bonito del fútbol femenino, que hay muchas cosas detrás. Como dije, que una jugadora haya jugado por 18 años y solo tres como profesional me habla del cariño que despierta esta actividad. Fui a ver dos partidos (La U vs Santiago Morning y Colo Colo vs Palestino) esta semana y fui muy bien recibido- La gente se portó increíble con nosotros, nos aplaudieron. Hay un trasfondo social muy lindo. Hasta el día de hoy, hay mucha familia que va al estadio a disfrutar. Eso lo tenemos que atesorar.
“Necesitamos un país más alegre, independiente del color político o la religión”
-Usted ha destacado como un deportista que no duda en entregar sus posturas políticas en diversos temas. Hace algunos años, apareció un video suyo en que hablaba abiertamente de que votaría por la opción apruebo en el Plebiscito Constitucional de 2022.
-Uno siempre tiene que tener una postura clara. Yo no tengo partido político, pero sí me gusta la justicia, la igualdad y eso es importantísimo llevarlo también al fútbol femenino. Que las jugadoras tengan esa igualdad de condiciones en todo sentido, que podamos tener no solo un contrato firmado, sino las condiciones, así como se les entrega a los equipos masculinos. Me tocó vivirlo, 18 o 20 años, en que me entregaron las mejores herramientas para desarrollarme como deportista. Eso debemos llevarlo al fútbol femenino.
-En Chile se cuestiona al deportista que entrega opiniones políticas... Prácticamente, como si un deportista no pudiera salir de la cancha…
-Uno tiene que saber los contextos de la opinión que puedas dar. En ese sentido, debemos ser abiertos de mente y entender que todos podemos tener opiniones distintas. He aprendido con el tiempo que esto puede llevar trasfondos más duros, por lo que uno debe hacerse cargo de las palabras que dice. Hay que entender que estás en un rol en que eres una figura pública, entonces hay que cuidarse. Por eso hay que educar desde las bases, para que nuestras jugadoras puedan tener una opinión en todo sentido, en política, sobre el club, sobre religión, pero que también sepan en el momento y el contexto en los que dar esas opiniones. Vas a ser criticado para bien o para mal, depende de tu postura. Busco que sean jugadoras integrales, porque me molesta mucho eso de ‘que sean buenas para la pelota nomás’...
-¿Cree usted que Chile es un país demasiado polarizado?
-Vemos todo en blanco o en negro, pero yo insisto: para mí siempre vale la unidad, aprender del de al lado. Esos cambios que nos permitan tener una igualdad. Necesitamos que se hagan cosas para la gente y ahí es donde vuelvo a insistir en el tema educacional. Chile está muy bajo en ese aspecto y necesitamos ese cambio de mente, de cabeza, de cultura.
-¿Qué Chile le gustaría a usted? Su país ideal por así decirlo…
-Un Chile unido, que nos permita seguir creciendo. Tenemos riquezas naturales. Que la gente sea más abierta, que no al de al lado por pensar distinto le tengamos que hacer la guerra. Necesitamos un país más alegre. Que podamos acceder mucho más fácilmente a una mejor educación o a un médico y tener mejores herramientas. Un Chile unido y que podamos crecer de la mano, independiente del color político o la religión. Incluso en el fútbol, porque antiguamente mis viejos me contaban que se podía ir a un Estadio Nacional con un cuadrangular, en que jugaban Colo Colo, Universidad de Chile, Universidad Católica y Unión Española y todos se sentaban con todos y lo pasaban bien, más allá de la talla del momento.
Algunos temas valóricos bajo la lupa del nuevo DT de la Selección Chilena
Luis Mena no elude temas. Sus convicciones, las mismas que lo han llevado a surgir rápidamente en un entorno demandante en cuanto a lo social, como el fútbol femenino, le permiten referirse a temas valóricos importantes para la sociedad chilena.
Con cautela, pues él mismo expresa que es clave emitir opiniones sin pasar a llevar al que está al lado o al que piensa distinto.
-Profesor, hablemos de temas valóricos… Preguntas directas y respuestas precisas y concisas… ¿Qué opina del matrimonio igualitario?
-Lo comparto, me parece perfecto…
-¿Y sobre el aborto? ¿Nunca, en tres causales o libre?
-Es más delicado el tema. Me iría tal vez más por las tres causales, pero desde afuera uno puede opinar muchas cosas, pero hay que estar en el pellejo de cada mujer…
-Educación. ¿Libre, gratuita?
-De calidad. Yo entiendo que no puede ser todo absolutamente gratis, porque es muy difícil sostener un sistema económico así. Pero debemos ser capaces de entregar educación y que la gente tenga acceso y no necesariamente a una universidad o un instituto. Por ejemplo, que el país sea más bilingüe, porque hoy realizar un curso de inglés cuesta carísimo. Ojalá tengamos una educación de calidad y entendamos que el rol del profesor es fundamental.
-¿Está satisfecho con el proceso constitucional? Porque el panorama ha cambiado mucho en todo este tiempo…
-Insisto: no tengo un partido político al que seguir. Es más, distintos partidos me ofrecieron ser concejal o cosas así, pero nunca quise involucrarme en la política partidista. Pero es difícil de entender lo que ha pasado con el proceso constitucional; es un análisis que deberían hacer los especialistas. Vivimos un estallido social, que era netamente para cambiar algunas cosas de nuestro país, no por mí, sino por las otras generaciones, por mis padres, mis hijos… Todo eso al final se tergiversó muchísimo en todo sentido y hoy hay un despelote que ni tú ni yo entendemos. Es difícil dar una opinión en algo que es muy poco entendible…
-¿Cómo evalúa el primer año del Gobierno del Presidente Gabriel Boric?
-Muy duro, complicado. Extraño también. No me gustan algunos dobles discursos…