Por fin. El atletismo, el deporte rey de los ciclos olímpicos, comenzó este domingo en Santiago 2023. Bajo la lluvia que cae en la capital, la marcha fue la prueba encargada de darle el vamos pero, lamentablemente, el arranque fue con otro papelón. Lo que en un comienzo parecía ser un notable récord mundial, finalmente se terminó convirtiendo en una verdadera vergüenza panamericana.
A saber, los 20 kilómetros marcha dieron el puntapié inicial al atletismo en estos Juegos Panamericanos y, confirmando su favoritismo, la peruana Kimberly García cumplió con los pronósticos y se llevó el oro. Pero lo que impactó fue su tiempo: 1 hora, 12 minutos y 26 segundos, pulverizando la plusmarca planetaria.
¿Por qué tanta conmoción? Porque el récord anterior pertenecía a la china Jiayu Yang, quien en 2021 había marcado 1:23:49. Es decir, Kimberly García bajó esa marca en más de diez minutos, algo nunca antes visto en esta prueba.
Pero las sospechas comenzaron a surgir ha medida que iban llegando el resto de las competidoras. La ecuatoriana Glenda Morejón y la también peruana Evelyn Inga, plata y bronce, respectivamente, también destrozaron la marca de Yang. Y no sólo ellas: en total, las doce primeras bajaron el registro mundial.
Es más, las tres del podio más la cuarta, la brasileña Viviane Santana, incluso bajaron el récord masculino del japonés Yusuke Suszuki (1:16:36) que está vigente desde 2015. Claramente, algo no calzaba sobre lo que se vio en las mojadas calles santiaguinas.
¿Dónde estuvo el error?
De inmediato comenzaron a surgir las teorías sobre lo que había pasado en los 20 K femeninos de estos Juegos Panamericanos. Si bien siempre existe un margen para estar en presencia de una verdadera proeza atlética, los tiempos y la cantidad de competidoras que rompieron los récords tanto femenino como masculino hacían evidente que algo se produjo.
Algunos postularon que, gracias a la lluvia que cayó sobre Santiago, las condiciones más resbaladizas hicieron que las marchistas tuvieran una “ventaja” que les permitió protagonizar la mejor carrera de todos los tiempos. Posible, pero muy, muy difícil.
Los mal pensados de inmediato empezaron a acusar a la organización, levantando sospechas sobre que el trazado estaba mal hecho y que, en rigor, era más corto que los 20 mil metros reglamentarios. Sin embargo, el recorrido por las calles capitalinas sí fue validado por la Federación Internacional de Atletismo y cumplía con todos los estándares.
Desde la Federación Ecuatoriana de Atletismo, su director Julio Idrovo apuntó que se trató de un “error humano”. O sea, el encargado del cronómetro y de medir los tiempos falló en algún momento.
Finalmente, según informó la organización, todo se debió a “un problema de medición, responsabilidad exclusiva de la Asociación Panamericana de Atletismo (APA)” y a que el encargado “no estuvo certero en las mediciones de los recorridos que debían realizar los atletas”.
Es decir, en algún momento de la ruta por el Parque O’Higgins, hubo un descuido y se trazó un perímetro menor al de los 20 K que se necesitaban, haciendo que las competidoras recorrieran menos distancia. Glenda Morejón, la medallista de plata, incluso declaró que, de haber sido la distancia completa, probablemente habría podido alcanzar a la ganadora y arrebatarle el oro.
La prueba masculina se retrasó justamente para tratar de corregir el error, pero las consecuencias ya se sienten. De partida, se anunció que si bien los resultados se mantienen, los tiempos se anularán. Es decir, el récord mundial de Kimberly García no será válido como plusmarca y, peor, las 15 participantes que lograron el tiempo mínimo para los Juegos Olímpicos de París 2024, no están clasificadas.
Como sea, otro papelón de estos Juegos Panamericanos que, ojalá, no se vuelva a producir en el resto de las pruebas atléticas.
