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Así se mueve el regreso de la Fórmula E al circuito de Santiago

La categoría podría volver a Chile el próximo año impulsada por el interés de las autoridades locales. Desde la Fórmula E la idea es recibida con gran entusiasmo, aunque la concreción del proyecto dependerá de varios millones de dólares por reunir con entes privados y públicos.

¿Otra vuelta por Chile? Las tratativas por tener de nuevo a la Fórmula E ingresan a la recta final. Hasta mediados de mayo hay plazo para cumplir las exigencias.
  • Hace cinco años, ser sede no implicaba un costo fijo a pagar por el derecho de estar en el calendario. La realidad ha cambiado: hoy se necesitan entre 10 y 15 millones de dólares para producir el espectáculo global.
  • Santiago debe tener cerrada totalmente su postulación, negociada y aprobada por la serie eléctrica a mediados de mayo, como máximo, porque en junio se diseña el calendario del 2026.

Oliver Rowland acaba de ganar, in extremis, el ePrix de Ciudad de México, y desata la locura en las tribunas. Literalmente, pues hay un largo tramo de las galerías del sector de la recta principal identificado con Nissan, marca para la que corre el piloto inglés, que además motiva el masivo fervor de un público muy apasionado por las carreras.

Mientras “Oli” veía antes que nadie la bandera a cuadros en un emotivo final, en el garaje de la marca, un miembro del staff que mira con cierto asombro la alegría que sucede al triunfo y la ovación que estalla, en inglés británico comenta: “Pensar que la siguiente carrera es en Jeddah (Arabia Saudita), donde con suerte llegan al circuito los equipos y unas tres mil personas, siendo generoso…”.

Si bien la parada mexicana de la Fórmula E es una de las más exitosas del calendario, gracias a la pasión que aporta la multitud que llega hasta el Autódromo Hermanos Rodríguez, la categoría de monoplazas eléctricos quiere recuperar parte de esa energía que surge desde las gradas.

En la reciente fecha corrida en Ciudad de México, el equipo de Nissan se quedó con la prueba realizada en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
Fórmula E 2025En la reciente fecha corrida en Ciudad de México, el equipo de Nissan se quedó con la prueba realizada en el Autódromo Hermanos Rodríguez.

En un calendario donde las citas en el continente americano se remiten a Sao Paulo, la capital azteca y Miami, parece haber carta nostalgia por tener las tribunas llenas y la gente entusiasmada con las carreras. Sin Buenos Aires, Punta del Este y Santiago en la agenda hace un buen rato -en las once temporadas que suma esta serie-, la idea es recuperar esa esencia y escenarios.

Por eso, el nombre de la capital chilena como potencial nueva anfitriona del evento se escuchó con frecuencia durante el par de días de evento que implicaron la carrera en el DF. Es que, en general, la Fórmula E guarda buenos recuerdos de su triple paso por Chile, entre 2018 y 2020, en Plaza Italia, primero, y en el Parque O’Higgins, después.

Según confirman los más altos ejecutivos de la categoría, se pretende subir la cantidad de eventos por temporada. Hoy se disputan 16 carreras, en diez ciudades, la próxima parada es en Arabia Saudita, que es una de las que recibe fecha doble, al igual que Mónaco, Tokio, Shanghai, Berlín y Londres. Se apuntan a sumar unas dos o tres fechas más, con alguna de ellas recibiendo carreras sábado -que es el estándar- y domingo.

Santiago en la mira

Para cumplir ese deseo de la organización, ya están en conversaciones con algunos interesados en recibir a la Fórmula E. Uno de ellos es Santiago, algo que se mira con especial agrado desde la categoría.

Encabezadas por el gobernador metropolitano, Claudio Orrego, la capital chilena ha demostrado su interés por recuperar la fecha que el país tuvo hasta hace un lustro. Por entusiasmo, parece que la organización local se puso en condiciones de pelear la pole para volver a estar en el calendario. Sin embargo, el interés choca con la realidad: “Aún estamos muy lejos”, confirman desde la Fórmula E. La distancia es, básicamente, económica.

3 de febrero de 2018: protagonistas, organizadores y anfitriones de la Fórmula e posan cerca de Plaza Italia para una imagen que inauguraba la categoría en Chile.
Una postal que se podría repetir3 de febrero de 2018: protagonistas, organizadores y anfitriones de la Fórmula e posan cerca de Plaza Italia para una imagen que inauguraba la categoría en Chile.

Para traer una fecha de la categoría eléctrica, en el anterior contrato por tres años, Chile no debía pagar un fee. Por esos años, la Fórmula E era una categoría en ciernes y sólo pedía aportes estatales que ayudaran a financiar el costo de producción que implica la logística de montar el espectáculo deportivo. Los dineros que ingresaban iban íntegramente a ese propósito. La serie, por ejemplo, pagó a la Municipalidad de Santiago por el uso del Parque O’Higgins como escenario de las carreras en 2019 y 2020.

A través del Ministerio de Energía, principalmente, y el del Deporte, como actor secundario, se financiaban 3,5 millones de dólares para desplegar el evento, donde la promoción de la electromovilidad y el uso de litio para las baterías que emplean los vehículos con esa tecnología, eran la base para tener en Chile a la categoría.

Pero el importe total de montar la competencia, ya en esos años, era más del doble de los dineros que aportaba el Estado. La diferencia era subvencionada por la propia Fórmula E, interesada en poner a su serie en estas latitudes, según cuentan personeros que estuvieron involucrados en la producción local de las tres visitas de la categoría a nuestro país.

Ahora, seis años después de ese contrato, la Fórmula E ha crecido. En todo sentido. En espectáculo, masividad, tecnología, competitividad y, hasta, velocidad.

De 10 a 15 millones de dólares

Para montar un evento de esta envergadura, que implica un entorno con actividades para el público, además de lo que ocurre directamente en la pista, se calcula que se requieren del orden de entre diez y quince millones de dólares, actualmente. Porque la expansión de la categoría también trae aparejado más interesados en tenerla en su territorio. Otro dato relevante: la organización del evento ahora sí deja ganancia en las arcas, algo que no ocurría en los primeros años de vida de la serie, que ya no necesita subvencionar a ninguna ciudad para llevar sus carreras. Actores protagónicos en la producción chilena de la carrera calculan que ya se han amortizado algunos gastos del montaje de la pista, si se volviera a utilizar el Parque O’Higgins.

Entre 10 y 15 millones de dólares es el costo total de tener nuevamente una fecha de la prueba automovilística en la capital.
Fórmula e 2018 en SantiagoEntre 10 y 15 millones de dólares es el costo total de tener nuevamente una fecha de la prueba automovilística en la capital.

A diferencia de los costos de cuando Santiago recibió a la Fórmula E, se entiende la distancia que enuncian desde la categoría respecto de la posibilidad de volver a Chile. Sin embargo, el deseo y la voluntad están de parte de la serie controlada por Liberty Global, el mismo conglomerado que maneja la Fórmula Uno.

“Nosotros nunca decimos que no a nada. Somos un campeonato global, corremos en los cinco continentes y nos gusta obviamente seguir ampliando ese número de carreras, pero no te puedo contar mucho más de dónde y con quién estamos hablando. Sí es verdad que estamos hablando con Chile, al igual que con otras once ciudades”, dijo Alberto Longo, cofundador y director de la Fórmula E en Ciudad de México.

Tras bambalinas, los ejecutivos de la Fórmula E se muestran entusiasmados con la posibilidad de sumar una segunda fecha en Sudamérica. Y más con Chile, donde se sintieron bien acogidos y ya tienen cierto camino avanzado en términos de conocer el escenario donde se montaría el espectáculo.

Se asume, en todo caso, que la organización nacional negocia contra el tiempo. A principios de junio, la FIA hace su Congreso Mundial, donde se bosquejan los calendarios de cada una de las categorías que rige el ente. Ahí, Longo y la Fórmula E deben llegar con total certeza de dónde desarrollarán cada una de sus fechas. Por ende, el plazo perentorio para negociar vence a mediados de mayo. Es ése el horizonte cuando Santiago debe tener cerrada totalmente su postulación, negociada y aprobada por la serie eléctrica. El margen de tiempo, aunque parece holgado, no suena a tanto en las oficinas centrales de la categoría, donde también entienden que el período estival le resta a Chile semanas clave para acortar la brecha que separa las ganas de la concesión de la idea.

Entusiasmo generalizado

Así como en el Autódromo Hermanos Rodríguez de la capital mexicana se respiraba pasión por las tuercas, parte de los más entusiasmados con la idea de que la Fórmula E vuelva a Santiago no sólo eran los directivos.

Más allá de la presencia de prensa chilena en la carrera en la altitud azteca, en el paddock había ecos del interés nacional por recuperar la presencia en el calendario de la serie.

En el garaje de Nissan, por ejemplo, varios miembros del staff que estuvieron en las visitas de la categoría a Chile muestran su beneplácito a poder volver a estas latitudes, incluso más allá del calor que azotó en la última ocasión que se corrió, en 2020.

Uno de los eventuales problemas de trasladarse tan al sur de América es la distancia. Pero es un asunto que no tiene tanta trascendencia, salvo para algunos que no disfrutan de los viajes. El campeón vigente, el piloto alemán de Porsche Pascal Wehrlein afirma que si bien se trata de “un vuelo largo para llegar, que es algo que nunca me gusta demasiado, Santiago ha sido grandioso para nosotros. Me encanta. Allá conseguí mi primer podio en la Fórmula E (con Mahindra), por lo que tengo muy buenos recuerdos y me gusta”.

Además, minimiza el tema de la distancia también a nivel de los equipos. “No veo por qué no les gustaría ir… Vamos a lugares en Asia mucho más lejos”, dice el germano.

Oliver Rowland saluda a los miles de espectadores que llegaron al Autódromo Hermanos Rodríguez que lo vieron ganar en la fecha corrida en CDM.
Masiva convocatoria en MéxicoOliver Rowland saluda a los miles de espectadores que llegaron al Autódromo Hermanos Rodríguez que lo vieron ganar en la fecha corrida en CDM.

“Santiago es un gran lugar, el clima siempre es agradable y la gente es muy apasionada. Los circuitos que usamos eran muy entretenidos. Sería un gran lugar para volver y un aporte valioso al calendario en América. A los equipos les gustaría volver. No es más lejos que otros lugares que visitamos”, confirma el volante de Nissan Oliver Rowland, quien disfrutó del fervor latino en su triunfo en México.

A las positivas visiones del alemán y del inglés, se suma la de un francés. Jean-Éric Vergne, excampeón de la serie, asegura que “me encantaría volver a Santiago, es uno de mis lugares favoritos. Latinoamérica, en general, me encanta, pero la capital chilena es, además, una linda ciudad y con rica comida. Es un gran destino”. Aunque tiene una reserva: “Me gustaba más el circuito callejero del primer año (Plaza Italia)”, acota.

“No sé realmente cuáles serán las chances de volver, pero me encanta la idea, porque siempre tuve grandes momentos en Chile, de los que guardo muy buenos recuerdos, como cuando terminé segundo. Sería fabuloso volver. Como en México, cada vez que corremos en Latinoamérica, como eran en Buenos Aires o la misma Santiago, es una locura la energía del público. No importa la distancia, estoy seguro de que a las escuderías les encantaría volver. Prácticamente todo es lejos y hay que volar diez o quince horas. Al final, es lo mismo”, dice el experimentado Antonio Felix da Costa.

Por mientras los protagonistas esperan la confirmación añorando la multitud y el entusiasmo que encontraban en Chile, la Fórmula E enfila hacia Arabia Saudita, donde apenas un limitado número de espectadores seguirán las acciones desde la tribuna.

En Santiago, mientras tanto, el gobernador Orrego intenta aunar los esfuerzos para conseguir los fondos públicos y privados que permitan volver a tener a la capital en el mapa de las grandes competiciones tuercas. Aprovechando la cultura de los eventos, que tanto gustan al público nacional, la esperanza de recuperar la fecha perdida no parece tan lejos, aunque el tiempo juega en contra.