Palestino, el cuarto grande

Puede sonar exagerado, pero el club de la colonia árabe exhibe esta última década logros internacionales que ya se quisieran algunos “grandes”. Pero el propósito que trasciende a la institución y que empapa a sus jugadores, ningún otro es capaz de demostrarlo.

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Celebra PalestinoLos de la colonia árabe volvieron a clasificar para una Sudamericana. Ya es una sana costumbre.
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Nadie parece sorprendido ni con que Universidad Católica haya quedado fuera de la Copa Sudamericana ni que Palestino, nuevamente, clasifique al torneo continental. El mal momento de los universitarios no puede ni debe opacar a su contrincante, el club árabe. Que a esta altura, es un ejemplo exitoso de gestión mirando en perspectiva sus rendimientos a nivel local e internacional.

En este fructífero período, mucho hay que reconocerle al ordenamiento administrativo de Palestino. Se trata de una institución que no hace ruido, en la acepción más positiva de la expresión. No es gratuito que un club de una colonia herida profundamente por las razones por todos conocidas, mantenga en su espíritu dirigencial un objetivo deportivo que trasciende a lo estrictamente futbolístico -aunque a algunas autoridades de aquí o de Zurich les duela-, pero que entiende que está inmerso en una competencia.

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La camiseta palestinista es parte de un propósito mucho más relevante, que se ha transmitido a todos los jugadores, a los que ya se fueron y a los que están. A diferencia de Unión Española y Audax Italiano, los otros equipos de colonia históricos, en el futbolista que pasa por Palestino el valor de defender la polera tricolor no está solamente significado por el ventajoso contrato, los logros, los premios y los aplausos de la hinchada. Hay un componente de naturaleza histórica que ‘El Deportivo’ le impregna a su prestador que hispanos e itálicos, a lo menos, deberían intentar emular, y que se puede visibilizar cada vez que un jugador se refiere en profundidad a Palestino y a su causa, sin que medie un discurso proselitista ni menos de odio.

En el terreno de la competencia, ni hablar. Que desde 2015 Palestino haya estado en 11 competencias continentales -Libertadores o Sudamericana- es un dato portentoso. Y aquí, las comparaciones ya no se dirigen a los clubes de colonia, sino que a prácticamente todo el universo de equipos profesionales, muchos con unas espaldas sólidas, otros con historias extensas y varios con hinchadas más numerosas.

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En esos ítems, la lista contempla integrantes otrora llenos de prestigio. En Primera, destacan dos clubes que no han podido despegar, pese a que representan ciudades importantes en el desarrollo socioeconómico de Chile: O’Higgins y Everton. El de Rancagua hace tiempo que no articula dos temporadas consecutivas decentes, pese a la seriedad y esfuerzos de sus directivos. Lo mismo que el de Viña del Mar, que bajo la gestión del poderoso grupo Pachuca sigue probando fórmulas, rearmando planteles todos los años y trayendo entrenadores sin intención alguna de arraigo. Huachipato parece tener la estructura, sin embargo la opacidad en su propiedad desalienta una expectativa mayor. Coquimbo es el que muestra destellos, pero tampoco ha sido capaz de configurar ciclos que le den una plataforma consistente. Y de Deportes Iquique habrá que aguardar cómo decanta esta temporada, aunque el vigor dirigencial parece estar.

De los clubes con historia que hoy navegan en Segunda, mejor ni hablar. Varios parecen dormir el sueño de los justos, implorando por una campaña que los despercuda. Cobreloa, Wanderers, Antofagasta, Rangers, Temuco y ahora último Concepción, cada cual transita su vía crucis a la espera de resucitar.

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Palestino, en cambio, no se ha desviado de la ruta, aunque entren y salgan todos los años jugadores que brillaron durante las temporadas y los técnicos concluyan sus ciclos y busquen mejor suerte en otros lados. Esa capacidad de reconstrucción, esa retroalimentación del trabajo de inferiores, es lo que lo hace distintivo en el medio local. Porque dejémonos de tonteras. Palestino hace rato que por su sustentabilidad directiva y sostenibilidad futbolística es el que se ubica inmediatamente detrás de Colo Colo, Universidad de Chile y la venida a menos Católica. Una suerte de cuarto grande. No, el cuarto grande.

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