El paciente tuvo que enfrentar años terroríficos. Años en los que los doctores ingresaban a la habitación sin noticias alentadoras. Sumergido en una crisis donde la muerte le pasó de cerca, encontró un médico que cambió la ecuación.
Gustavo Álvarez se convirtió en el doctor de cabecera que volvió a darle vida a la U. Es que ahora no sólo no está en el hospital, sino que se atrevió a hacer su vida lejos de los pabellones quirúrgicos.
La ilusión volvió a La Cisterna de la mano del estratega argentino. Hitos en el 2024 azul hay varios: Ganar en el Monumental después de 23 años, alzar la Copa Chile tras una sequía de 7 años sin títulos y conseguir el boleto a la Copa Libertadores después de mucho tiempo. Aunque no son, necesariamente, los resultados los que explican el significado de Álvarez para la U.
En definitiva, es volver a sentirse vivo, es que un amplio grupo de fanáticos se vea representado en la cancha por un equipo que le transmite cosas especiales y que le genera la esperanza de volver a creer. Una conexión emocional que es difícil de cuantificar.
Se nos va el 2024 y los desafíos para el paciente de cara al 2025, son diferentes. Le agarró el gusto a la vida y ahora quiere más. El próximo año para Álvarez asoma como bisagra en su carrera: competir a un alto nivel en la Copa Libertadores y volver a medirse mano a mano con un rival que es un peso pesado (el Colo Colo de Jorge Almirón que le arrebató el título con una campaña récord).
¿Podrá el técnico de Universidad de Chile mejorar lo que hizo en 2024?
Es una pregunta que sólo la aclarará el paso del tiempo, pero hay algunas luces.
La U tiene un sello futbolístico claro, con identidad. Es un equipo con mucha ambición por ganar, aunque eso le pueda significar riesgos desmedidos. La llegada de Charles Aránguiz le dio un plus a la hora de controlar más momentos del partido.
Desde el punto de vista colectivo, la mente del entrenador azul tiene las ideas adecuadas para mantener el estándar competitivo de la U, y también la capacidad de encontrar nuevas herramientas. Pero para la próxima temporada, los desafíos serán mayores.
Es la instancia en la que aparece el fondo de inversión Sartor. Hoy, y tras la resolución de la CMF, los controladores de Azul Azul parecieran más preocupados de sus asuntos financieros que del desarrollo del proyecto azul.
Soy de los que cree que los campeonatos se ganan en la cancha, pero también en las oficinas a la hora de construir una temporada, comenzando por los fichajes. La lógica de Sartor apunta mucho más al ingenio de su gerente deportivo, Manuel Mayo, para encontrar piezas clave sin pagar más de la cuenta (Calderón, Hormazábal o Sepúlveda) que en una inversión potente para minimizar el margen de error.
La lógica tiene algo de coherencia, entendiendo que el objetivo es rentabilizar al club y darle estabilidad económica, ¿pero puede la U convivir año tras año sin hacer grandes inversiones?
Da la sensación que no, porque los azules se meterán este 2025 en un mar con tiburones grandes. En Chile, Colo Colo, un equipo que gasta más o menos el doble en su costo de planilla. Internacionalmente, gigantes del continente en Copa Libertadores de América, donde la vara competitiva es más alta.
¿Tendrá Gustavo Álvarez la capacidad de seducir a los controladores de la U para invertir a la altura de los desafíos de 2025? ¿Podrá forzar a quienes lo han ayudado a desarrollar su carrera a ir más allá en cuanto a sus ambiciones deportivas?
No hay que perder de vista que es un año clave en su carrera. Tiene la posibilidad de revancha ante el Colo Colo de Almirón, ganar prestigio internacional en Copa Libertadores y quedar- eventualmente- en la pole position para la Roja.
El 2025 nos dirá si el paciente se recuperó definitivamente y si el doctor tiene nuevamente la receta para mejorar aún más su vida.