No todo lo que brilla es oro en el Mundial de Clubes, la nueva joyita de FIFA y de su presidente, Gianni Infantino. El enorme pozo a distribuir de mil millones de dólares entre los 32 equipos participantes -125,8 millones para el ganador- se podría ver duramente reducido si es que el organismo no consigue exenciones tributarias en Estados Unidos, el país sede del torneo.
Aunque Infantino sí logró que para el Mundial 2026 Estados Unidos no cobre numerosos impuestos municipales, estatales y de venta de entradas, las negociaciones para el símil de clubes que se jugará entre el 14 de junio y el 13 de julio en el país del norte no han fructificado, principalmente debido a la poca planificación con el que FIFA echó a andar este certamen, que más parece un capricho del titular de la organización. Para muestra un botón: las 12 sedes se anunciaron apenas nueve meses antes del torneo.
Al no tener convenios fiscales, los clubes podrían tener que asumir facturas de decenas de millones de dólares con las autoridades fiscales estadounidenses, además de los impuestos que deben pagar en sus respectivos países. Estamos hablando de al menos 29 clubes que arribarán a Estados Unidos a competir.
Una de las mayores dificultades que FIFA no ha logrado resolver es que algunos estados de EE.UU. no reconocen los tratados de doble imposición del gobierno federal con otros países. ¿Qué significa eso? Que tanto las personas como las empresas deben pagar impuestos a sus ganancias en el país donde las obtuvieron y en el país donde están radicados, muchas veces con tasas impositivas diferentes.
El despliegue de Infantino ha sido intenso. Se reunió con Trump dos veces en marzo y hasta apareció con el trofeo de la Copa Mundial de Clubes en el Despacho Oval. Asimismo, la semana pasada visitó al FBI.

Otro problema de difícil resolución son las diferencias que hay en las tasas de impuesto entre los estados. En Florida, que tendrá dos sedes -Miami y Orlando- no hay impuesto estatal sobre la renta, por lo que los clubes que jueguen allí tendrán una ventaja financiera. Pero Florida es una excepción: casi todas las otras ciudades sedes si cobran impuesto estatal sobre la renta, con tasas de 3 % (Pensilvania), 5,5% (Atlanta) y la mayor, 7 % (California), por ejemplo.
Mucho dinero, sin descontar impuestos
Sin contar los gastos en traslados y operaciones más la tasa impositiva de cada sede, cada club recibirá poco más de 38 millones de dólares por participar. Luego, por cada victoria en la fase de grupos, obtendrá 2 millones de dólares; 7,5 millones de dólares por llegar a octavos de final; 13,1 millones de dólares por pasar a cuartos de final; 21 millones de dólares por estar en semifinales y 30 millones si pierde la final o 40 millones de dólares si gana el torneo.
Si bien FIFA tiene financiado el torneo gracias a la compra de los derechos televisivos que hizo la empresa británica de streaming DAZN (en Chile, DirecTV ya anunció que emitirá todos los partidos), a nivel de países participantes el millonario monto de los premios ha causado inquietud respecto a que podría desestabilizar las economías de cada liga. FIFA ha garantizado -ver para creer- que una parte importante del premio se destinará a impuestos, premios a los jugadores y otros costos operativos, y que en el caso de los clubes europeos intervinientes con mayores ingresos, las ganancias del Mundial de Clubes se netearían con las que habrían obtenido en las giras de verano.
La FIFA aseguró que destinará el 25 por ciento del fondo de mil millones de dólares a pagos solidarios a los clubes de todo el mundo que no participan, y que beneficiará con un millón de dólares a cada una de las 11 ciudades sedes.