La Liga del golf del mañana (Tomorrow’s Golf League, TGL) es la reinvención del deporte empleando la tecnología virtual y a promotores famosos con el propósito de generar una nueva audiencia, la de la Generación Z.
Fue anunciada en 2023 como una práctica que será un sucedáneo del golf una vez que se instale por completo en los aficionados, quizás cuando los socios de la empresa, Tiger Woods, Rory McIlroy y el ex ejecutivo de golf de la NBC Mike McCarley, ya hayan ‘colgado’ los palos.
- Te podría interesar: La tesorería del PGA Tour no tuvo buenas noticias que dar en el balance contable
Pero la TGL debía partir, y lo hizo el pasado 7 de enero en una cancha virtual dentro del SoFi Center, en el campus de Palm Beach State College, un recinto que está equipado con varias tecnologías y que cubre un área de aproximadamente 97 yardas por 50 yardas, el tamaño de un campo de fútbol americano.
Compiten seis equipos de cuatro jugadores que representan a seis ciudades, que se enfrentarán en la competición que durará toda la temporada. Los golfistas, todos del circuito PGA, pegan desde tees de césped real, superficies de fairways, rough y arena hacia una pantalla gigante de más de 20 veces el tamaño de un simulador de golf estándar. El green, con tecnología incorporada, incluye levantamientos que cambian la pendiente para crear una variedad de juego en cada hoyo TGL.
El marcador se basa en un sistema de puntos para los partidos de la temporada regular. En cada juego, los equipos pueden ganar hasta dos puntos para su total de la temporada regular. Ese total determina su posición en la clasificación de la SoFi Cup. Una victoria en el tiempo reglamentario y una victoria en el tiempo extra equivalen a dos puntos, mientras que una derrota en el tiempo extra equivale a un punto.
Los cuatro mejores equipos avanzan a los playoffs, que incluyen una ronda semifinal de eliminación simple y una serie de campeonato al mejor de tres.
El inicio estaba presupuestado para el 7 de enero de 2024, pero se retrasó un año exacto por motivos técnicos. Este primer evento dejó a muchos preguntándose si podría cumplir con sus grandes promesas. Cada partido constó de 15 hoyos, divididos en nueve hoyos de tiros alternos y partidos individuales de 6 hoyos.
Los jugadores deben cumplir con un tiempo máximo de tiro y los equipos pueden usar “The Hammer” para incrementar las apuestas aumentando el valor de hoyos específicos. El objetivo de este sistema es generar un entorno intenso y de ritmo rápido que no se parece a los torneos de golf tradicionales.
Pero para varios de los presentes, el diseño del evento a menudo dejaba partes de la acción fuera de la vista. Algunos cuestionaron que la atmósfera estuviera “desconectada del público”, con largos “períodos muertos” durante los partidos. Los espectadores no podían escuchar las interacciones de los jugadores ni la elaboración de las estrategias, algo que es fundamental para la experiencia.
Analistas manifestaron su inquietud por la falta de dinámica durante los partidos y a varios jugadores se les vio poco vinculados con el juego.
Habrá que esperar cómo siguen las próximas fechas, porque nadie niega el potencial de TGL y su innovador enfoque, que mezcla juego virtual con la práctica en vivo. También, advierten los expertos, se tiene que internalizar el sistema de puntaje y que los jugadores aporten su ventaja competitiva y se reparen fallas técnicas que impidieron que las conversaciones entre los jugadores se escucharan.
